• 2 de mayo de 2024 09:17

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La prevención y la tecnología, herramientas fundamentales para reducir los accidentes domésticos

Según el último estudio publicado por el Ministerio de Sanidad, en 2013, más del 10 % de los hogares españoles sufrieron algún tipo de accidente doméstico o de ocio, en especial en el grupo de edad entre 25 y 44 años.

Por géneros, los hombres entre los 16 y los 42 años sufren más accidentes, mientras que las mujeres superan la siniestralidad media a partir de los 45 años.

En cuanto a la tipología, las caídas son la principal causa de accidentes (51,1 %), seguido de los golpes (16,6 %), los cortes (14,2 %) y las quemaduras (9,2 %).

Por eso, una de las principales medidas de seguridad puede ser la instalación de una alarma conectada directamente con los servicios de emergencias, que en caso de accidente en el hogar se active por sí sola.

Los últimos avances tecnológicos permiten que a través de una cámara móvil 360º se pueda, en primer lugar, distinguir entre personas y mascotas; además de identificar sonidos no cotidianos como gritos, ladridos prolongados, la rotura de un cristal o golpes fuertes.

Por ejemplo, la compañía  ya ha incorporado esta opción a su oferta, junto a detectores exteriores, un panel de comunicación, un generador de energía de reserva, una conexión integral con la Policía y un botón SOS en el mando o en el teclado desde el que se pueden emitir emergencias médicas.

Otro de los sistemas que los profesionales consideran básicos en todos los hogares es el detector de humo, no solo en la cocina, conectado directamente al servicio de Bomberos.

En el estudio del Ministerio de Sanidad sobre Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio (Informe DADO), anteriormente mencionado, se lamenta que en los medios de comunicación existe, generalmente, una gran difusión de los efectos de los accidentes de tráfico y/o laborales, pero no ocurre lo mismo con los accidentes domésticos, pese a que su impacto en la sociedad es significativo.

Además de su posible siniestralidad, también conlleva un efecto económico directo -costes a nivel sanitario- e indirectos -pérdida de jornadas laborales-; sumado al plano psicológico por las secuelas y cambio de los hábitos siniestro.

De esta forma, según sus estimaciones, se incrementará también el coste de los cuidados a personas que han sufrido accidentes domésticos o de ocio.

En las cuarentenas decretadas por los diferentes países, debido a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, al permanecer en casa más tiempo, el riesgo de accidentes domésticos fue mayor.

El Riskcenter de la Universidad de Barcelona elaboró en 2018 un informe en el que advirtió de que “el cambio en el estilo de vida y la mayor longevidad va a generar un aumento en este tipo de accidentes”.

Por último, sobre la prevención como principal medida para eludir incidentes, el teléfono móvil juega un papel muy importante como elemento de ayuda, ya sea para avisar con urgencia a los profesionales o para monitorizar la seguridad del hogar.

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