• 27 de abril de 2024 15:28

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Cómo evitar perder tiempo, unas horas robadas por los ladrones de tiempo

CDMX, 1 de Noviembre del 2021.- “El regreso a la vida habitual es una buena ocasión para liberarnos de aquellos hábitos que nos hacen perder tiempo valioso y funcionan como saqueadores de horas en nuestra vida personal y laboral”, señala la psicóloga Gabriela Paoli, experta en desarrollo personal y salud digital.

No pasamos momentos puntuales conectados, sino que estamos todo el día pendientes de internet.

“Miramos más de lo necesario los chats, las redes sociales y el correo electrónico. Nos despistamos saltando de un enlace a otro y olvidando la razón por la que abrimos el navegador”, señala.

“Una comunicación imprecisa con profusos textos y audios que conducen al cansancio y al hastío, o con iconos que podrían resultar ambiguos o confusos, puede causar grandes pérdidas de tiempo y afectar la calidad de nuestra comunicación y de nuestras relaciones interpersonales y profesionales”, advierte Paoli.

Estar conectados a internet de modo permanente, desarrollar una actividad laboral desorganizada, permitir continuas interrupciones o comunicarnos de manera poco eficaz nos hace dispersarnos.

El tiempo es oro

En nuestra vida sufrimos el asalto cotidiano de una serie de “ladrones de tiempo”. Son hábitos y rasgos de nuestro propio estilo de vida que nos roban incontables horas que podríamos aprovechar de un modo más productivo y relajado, según la psicóloga Gabriela Paoli experta en desarrollo personal, salud digital y adicciones tecnológicas.

mujer mirando el móvil

“La mayoría de estos ‘ladrones’, que nos roban uno de nuestros bienes más preciados, como es el tiempo, siguen esquilmando nuestra agenda diaria, porque no ponemos los medios para evitarlo”, apunta.

“El regreso a nuestras actividades laborales tras las vacaciones es una buena ocasión para erradicar estos ‘ladrones de tiempo’.”

La psicóloga destaca que este es el “momento perfecto para ‘parar y reparar’ algunas facetas de nuestra vida, que repetimos automáticamente”.

“Lo que va bien, no se toca”, explica Paoli a Efe, pues hay que modificar “esos pequeños gestos o hábitos” que terminan siendo patrones de conducta o comportamiento.

El consejo de la experta es dirigir la transformación de dentro hacia afuera para evitar así perder el tiempo.

“Se trata de ser conscientes y activar un plan de acción para evitar que los ‘ladrones’ campen a sus anchas y nos sigan restando nuestro preciado tiempo”, recalca esta especialista.

“El primer paso para luchar contra estos ‘malhechores’ consiste en identificarlos y tomar conciencia de cómo actúan”.

“Después hay que tomar medidas concretas para erradicarlos”, y hay cuatro ¡stop! prioritarios que debemos abordar para no perder el tiempo.

1. Stop a la hiperconectividad

“En lugar de establecer unos momentos del día para conectarnos, estamos todo el día conectados a internet. Así, acabamos mirando más de lo necesario nuestros teléfonos móviles, las redes sociales, el correo electrónico, entre otras opciones digitales”, expone.

Añade que, a menudo, nos despistamos saltando de enlace en enlace, olvidando el propósito que nos llevó a abrir el navegador. No somos conscientes del tiempo perdido en la red.

“Estar “siempre en línea”, la cultura de la inmediatez y el miedo a perdernos algo importante, nos lleva a estar más conectados que nunca”, indica.

“Al tiempo de conexión de ocio digital, que utilizamos para distraernos, entretenernos o incluso reducir el estrés, a menudo le sumamos las jornadas de teletrabajo o estudio ‘online`”, añade.

El primer paso que debemos dar, según la experta, es “hacernos conscientes de la cantidad de tiempo que perdemos estando conectados”.

Por lo tanto, en ese tiempo perdemos conexión con el mundo real:  “No se trata de negar o rechazar el avance digital, sino de aprender a gestionarlo de forma responsable, sana y segura”, esa es la clave.

2. Stop a la desorganización

Según Paoli, hay personas a las que les cuesta organizarse y planificar tiempo y actividades.

Esto tiene un impacto en su productividad y en sus vidas, ya que sienten que no son dueños de su tiempo o que viven gestionando el caos.

“Estas sensaciones le hacen sentir poco control sobre sus responsabilidades llevándolos, en muchas ocasiones, a no cumplir con sus objetivos, metas o sueños. Y además a afectar significativamente su autoestima y valía”, puntualiza.

Para Paoli, “cada persona, según sus circunstancias debe establecer un sistema o método de trabajo o estudio para ir cumpliendo con sus responsabilidades.

Afortunadamente, se puede aprender a planificar el tiempo, priorizar y/o agrupar tareas, utilizar calendarios y agendas.

3. Stop a las interrupciones

Otro gran ‘ladrón del tiempo’ son las interrupciones. Hablamos sobre todo de “las llamadas entrantes, el sonido del WhatsApp y la entrada de correos cuando estamos delante de la pantalla, entre otras causas”, indica.

“Las interrupciones nos roban tiempo, pues está comprobado que necesitamos entre 10 y 15 minutos para volver a lo que estábamos haciendo y lograr el nivel de concentración que teníamos antes de la interrupción”, según la psicóloga.

Sus consejos para evitar perder el tiempo con interrupciones físicas o virtuales son:

  1. “Poner un cartel en la puerta de nuestra habitación o despacho anunciando que no estaremos disponibles durante cierto tiempo”.
  2. “Dejar el móvil en silencio mientras nos concentramos en una tarea, o cerrar el correo electrónico mientras trabajamos frente al ordenador”.
  3. “Otras opciones son poner nuestro dispositivo en ‘modo avión’, apagar el móvil o desactivar notificaciones”, añade.

4. Stop a la comunicación ineficaz

“Una comunicación imprecisa no sólo puede dar lugar a pérdidas de tiempo extraordinaria, sino además a afectar la calidad de nuestra comunicación y relaciones interpersonales y profesionales”, sostiene.

Móvil y redes sociales, adicción

 

Por ejemplo, “la mensajería instantánea en muchas ocasiones nos ha facilitado y agilizado la comunicación”.

Sin embargo, “en otras nos ha atrapado en largos y tediosos mensajes y audios, cargados de información que termina por conducir al cansancio y al hastío”, comenta.

“¿Quién no se ha visto alguna vez obligado a dar mil explicaciones a causa un mensaje mal escrito o con unos iconos que podían resultar ambiguos o confusos…?”, incide.

“La comunicación ´online` no debe reemplazar a la comunicación cara a cara”. Los mensajes solo deberían usarse para “enviar información corta, precisa y práctica, y no para hacer grandes declaraciones”.

Pues ello puede “dar pie a malos entendidos y a una comunicación poco respetuosa y poco empática”, finaliza.

Por admin

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