¿Imaginas la gastronomía mexicana sin agregar chile?

¿Qué sería de los moles, de los antojitos mexicanos, el pozole, los adobos y tanta y tan vastos platillos mexicanos?

/cms/uploads/image/file/650342/0279C788-AC2E-4928-AA62-6AB0F86CCC8E.png

México cuenta con un inventario de 64 tipos de chiles criollos, de los cuales, 25 se ubican en Oaxaca, 12 en Guerrero, 10 en Puebla, nueve en Veracruz, y el resto en otras entidades. Los chiles se clasifican por su taxonomía en especies, subespecies y variedades botánicas, los comerciales o cultivares, por su origen geográfico, el procesamiento después de la cosecha, o región de cultivo; por ejemplo, en nuestro país contamos con dos denominaciones de origen en cuanto a chiles:

  1. Chile habanero de la península de Yucatán
  2. Chile de Yahualica en Los Altos de Jalisco

Los chiles pertenecen al género Capsicum, Familia Solanaceae. Se ha documentado la domesticación de al menos dos especies en México: el chile tabasco o paradito (C. frutescens) y más de 100 morfotipos de C. annuum var. annuum1; siendo esta última, la especie de mayor importancia por la gran variabilidad genética y morfotipos que presenta, pues incluye a los chiltepines, jalapeños, serranos, pimientos morrones, de árbol, ancho, guajillo, pasilla, etcétera.

El chile en México es una planta fundamental para la cocina y las tradiciones mexicanas, rescata la sabiduría de nuestros antepasados y la funde a la cultura de todos los grupos indígenas para colocarlo como uno de los alimentos básicos y estratégicos para la alimentación y la agricultura.

/cms/uploads/image/file/650343/0D4870AB-68D1-48FE-860E-9E558E4380D9.png