México, D.F. – En un esfuerzo por combatir la creciente epidemia de malas prácticas en el ámbito de la cirugía estética, la Cámara de Diputados presentó una iniciativa que pretende diferenciar la cirugía plástica reconstructiva de la estética. Esta medida surge en respuesta a la alarmante proliferación de pseudocirujanos y clínicas de belleza que operan sin los debidos protocolos y certificaciones en México.
Un problema creciente
Según datos recientes, México ocupa el tercer lugar a nivel mundial en la realización de procedimientos estéticos, superado únicamente por Estados Unidos y Brasil. Con un 4.5% de las cirugías estéticas globales, es evidente que esta práctica ha encontrado un nicho floreciente en el país. Las regiones con mayor demanda de estos procedimientos son Baja California, Quintana Roo, Sinaloa, Jalisco, Nuevo León y la Ciudad de México.
El dilema de la denominación
La iniciativa propone una clara distinción entre la cirugía estética y la cirugía plástica y reconstructiva. Mientras que la primera se realiza en pacientes sanos con fines puramente estéticos, la segunda busca restaurar la funcionalidad y aspecto físico de individuos afectados por accidentes, enfermedades y otras afecciones.
Sanciones severas en juego
Uno de los puntos más contundentes de esta iniciativa es el establecimiento de sanciones estrictas para quienes practiquen cirugía estéticas sin los protocolos y certificaciones necesarias. Las sanciones incluyen penas de prisión de hasta 40 años, multas significativas, decomiso de instrumentos y establecimientos, así como la inhabilitación y retiro del título y cédula profesional.
Un paso adelante hacia la seguridad del paciente
Con el apoyo y asesoría del COLEGIO NACIONAL DE MEDICOS QUIRURGICOS Y CIRUGIA ESTETICA A.C, esta iniciativa busca proteger a los pacientes de prácticas negligentes y potencialmente peligrosas, elevando el estándar de atención y calidad en el campo de la cirugía estética y plástica en México.
