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Cómo planificar un “trip de set-jetting”: viajar a los escenarios de tus series favoritas

El set-jetting —viajar a destinos que aparecen en series y películas— dejó de ser una curiosidad para convertirse en una de las grandes tendencias turísticas de la última década. No se trata solo de tomarse una foto en el lugar exacto donde ocurrió una escena viral, sino de experimentar un destino desde una narrativa cultural y visual ya conocida. Series como The White Lotus, Juego de Tronos o Emily in Paris funcionan como mapas emocionales que despiertan el deseo de viajar, pero para que la experiencia no se quede en lo superficial, la planificación es clave.

El primer paso es entender que una locación de serie no siempre es un solo punto en el mapa. En el caso de The White Lotus, la segunda temporada convirtió a Sicilia en protagonista. Taormina, Noto, Cefalú y Palermo aparecen como escenarios de lujo, historia y contrastes. Un itinerario bien pensado no consiste únicamente en visitar el hotel donde se filmó la serie, sino en moverse entre pueblos barrocos, playas volcánicas y mercados locales. Conviene dedicar al menos una semana, priorizando transporte regional y alojamientos pequeños para evitar la saturación turística que suele acompañar a estos destinos tras su exposición mediática.

The White Lotus' hotel in Hawaii is real. Here's a look inside.

Con Juego de Tronos, el reto es mayor porque la serie utilizó múltiples países para construir un solo universo. Croacia, especialmente Dubrovnik y Split, representó Desembarco del Rey, mientras que Irlanda del Norte dio vida a Invernalia y otros territorios del norte. Aquí es recomendable dividir el viaje por regiones y no intentar “verlo todo” en pocos días. En Croacia, combinar las murallas de Dubrovnik con islas cercanas como Lokrum permite equilibrar el turismo intenso con espacios más tranquilos. En Irlanda del Norte, alquilar un coche facilita recorrer castillos, costas y bosques que sirvieron como escenarios, integrando la visita con la cultura local, la gastronomía y los paisajes naturales.

Emily in Paris propone un set-jetting distinto, más urbano y cotidiano. Cafés, plazas, puentes y calles reales forman parte del encanto de la serie. Para este tipo de viaje, la clave está en caminar y observar. Planificar rutas a pie por barrios como el Quartier Latin, Montmartre o Saint-Germain-des-Prés permite descubrir tanto los lugares reconocibles de la pantalla como la vida diaria parisina. Evitar horarios pico y alternar locaciones famosas con museos pequeños, mercados o parques de barrio ayuda a no convertir el viaje en una simple lista de fotos para redes sociales.

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Más allá del destino, un buen trip de set-jetting requiere investigación previa. Revisar mapas de locaciones, temporadas del año, niveles de afluencia turística y regulaciones locales evita decepciones. Muchas escenas se filmaron en espacios privados o protegidos, por lo que es importante respetar accesos y normas. También conviene preguntarse qué ofrece el lugar más allá de la serie: su historia, su gente, su cocina y sus ritmos cotidianos.

Planificar este tipo de viajes desde una perspectiva consciente implica entender que las series son la puerta de entrada, no el objetivo final. Cuando el itinerario se construye con tiempo, curiosidad y respeto, el set-jetting deja de ser un turismo de consumo rápido y se convierte en una forma de explorar el mundo a través de las historias que ya nos marcaron, pero con los pies bien puestos en la realidad del lugar que se visita.

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