Por Bruno Cortés
Puede sonar increíble, pero en pleno 2025, en la Ciudad de México —la que presume ser la más incluyente y progresista del país—, a una mujer trans le dijeron en el Metro que no podía entrar al vagón exclusivo para mujeres. El motivo: una oficial de policía decidió que no era “lo suficientemente mujer”.
Esto no se quedó en una anécdota amarga. La respuesta llegó hasta el Congreso. El diputado Jaime López Vela, de Morena, presidente de la Comisión de Diversidad en la Cámara de Diputados, alzó la voz públicamente. En su ya conocida “mañanera del orgullo” —una conferencia que, como su nombre lo indica, pone sobre la mesa temas urgentes para la población LGBTTTIQ+—, denunció el caso de Alexa Andrade, la mujer trans víctima del acto de discriminación.
Según relató el diputado, la oficial del Metro le dijo a Alexa, tal cual: “Tú no eres mujer”. Una frase corta, pero cargada de todo el peso de la ignorancia, la exclusión y la violencia simbólica. Y eso, recalcó López Vela, no solo es ofensivo, es ilegal.
Porque ojo: la Ciudad de México reconoce el derecho a la identidad de género desde su Constitución. Eso significa que el Estado está obligado a tratar a las personas de acuerdo con su identidad, y no según cómo las perciba alguien más.
Pero como bien sabemos, la ley puede decir misa si quienes la aplican no están capacitados. Por eso, López Vela no se quedó en la queja. Anunció que está gestionando una reunión con el director del Metro, Adrián Rubalcava, para reforzar las acciones que eviten que esto vuelva a ocurrir. Y no solo por Alexa, sino por todas las personas trans y de la diversidad que usan el transporte público y que, muchas veces, lo hacen con miedo.
El tema no es menor. En un país donde la discriminación está normalizada y donde los crímenes de odio siguen ocurriendo, cada espacio público importa. Y el Metro, que mueve a millones de personas al día, debe ser un lugar seguro también para quienes no encajan en las normas tradicionales.
Pero esta “mañanera del orgullo” no solo fue para denunciar. También fue para contar lo que sí se está haciendo bien. López Vela estuvo acompañado por César Guerra, director de Comunidades Prioritarias de la Secretaría de Bienestar de Morelos, quien detalló las políticas públicas que se están impulsando allá para apoyar a las poblaciones históricamente excluidas: personas LGBTTTIQ+, personas con discapacidad, adultos mayores, entre otros.
Y aquí viene lo interesante: Morelos está haciendo cosas que deberían estar replicándose en todo el país. Apoyos económicos para negocios liderados por personas de la diversidad, cupo laboral incluyente, programas culturales, capacitación en derechos y hasta turismo LGBTTTIQ+. Además, presentaron el primer programa estatal de apoyo directo a personas trans y de la diversidad, con 600 beneficiarios que recibirán capacitación y un apoyo económico único.
También se implementó un protocolo para que las personas trans puedan corregir sus certificados escolares y así ejercer sus profesiones con el nombre y género que les corresponde. Porque sí, hasta eso ha sido un obstáculo para muchas personas: tener un título que no reconoce quién eres.
Todo esto suena a políticas públicas reales, con presupuesto, con objetivos, y con impacto. No es discurso. Es acción.
Y lo más importante: reconoce la interseccionalidad. Porque no se trata solo de ser gay, lesbiana o trans. Hay personas LGBTTTIQ+ que además son indígenas, afromexicanas, viven en pobreza, son migrantes, o tienen discapacidad. Y cada una de esas condiciones suma barreras. Entender eso es clave para diseñar políticas efectivas.
En resumen, entre la denuncia en el Metro y las acciones en Morelos, lo que quedó claro es que la lucha por la igualdad no se detiene, pero tampoco se gana sola. Hace falta que las instituciones actúen, que los gobiernos cumplan y que la sociedad no se quede callada.
Porque, como dijo el propio diputado López Vela, esto no es un tema de tolerancia. Es un tema de derechos humanos. Y si no cabemos todes, entonces el Metro, la ciudad y el país, están mal diseñados.
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