Por Juan Pablo Ojeda
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó esta semana el despliegue de fuerzas militares en el Mar Caribe como parte de una nueva estrategia para combatir a los cárteles de la droga en América Latina, en particular los mexicanos. De acuerdo con fuentes cercanas al operativo, se trataría de una movilización aérea y naval para enfrentar lo que su administración considera “amenazas a la seguridad nacional”.
La acción ocurre luego de que varios cárteles latinoamericanos fueron oficialmente designados como organizaciones terroristas, una clasificación que permite a Estados Unidos operar con mayor agresividad y sin necesidad de acuerdos internacionales específicos. La estrategia incluye la movilización de al menos dos buques de guerra en la zona.
Una de las medidas más controversiales que se están considerando, según medios estadounidenses, es el uso de drones armados para atacar directamente a los cárteles mexicanos. Dos escenarios estarían sobre la mesa: realizar estas acciones con la cooperación del Gobierno de México o hacerlo de forma encubierta.
Ante este escenario, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo rechazó de manera tajante cualquier posibilidad de intervención militar extranjera en territorio mexicano. Señaló que su administración está comprometida con el combate al narcotráfico desde una visión de atención a las causas, inteligencia operativa y coordinación binacional, pero sin permitir acciones unilaterales.
“Eso no resuelve el problema. Lo que se necesita es trabajo permanente de atención a las causas, inteligencia, coordinación y cero impunidad”, subrayó Sheinbaum al referirse a los planteamientos de Trump, que también incluyen políticas para frenar el tráfico de fentanilo.
Esta escalada retórica y operativa podría tensar nuevamente la relación entre ambos países en materia de seguridad y soberanía, justo cuando existen esfuerzos de colaboración bilateral para el combate al crimen organizado transnacional.
Deja una respuesta