Donald Trump volvió a romper las reglas no escritas del protocolo presidencial. El mandatario ordenó la instalación de placas con mensajes críticos y burlones bajo los retratos de varios expresidentes en la Casa Blanca, una decisión que ya genera controversia política e institucional en Washington.
El “Paseo de la Fama Presidencial”
La prensa estadounidense pudo observar por primera vez este miércoles las inscripciones colocadas en lo que Trump bautizó como el “Paseo de la Fama Presidencial”, una galería de retratos instalada en septiembre en la columnata del Ala Oeste de la Casa Blanca.
Aunque incluye a varios exmandatarios, las placas dedicadas a Joe Biden y Barack Obama, ambos demócratas, concentran las críticas más duras.
La placa contra Joe Biden
La inscripción dedicada a Joe Biden (2021–2025) —quien derrotó a Trump en las elecciones de 2020— afirma textualmente que:
“El dormilón Joe Biden fue, de largo, el peor presidente en la historia de Estados Unidos”.
En lugar de un retrato tradicional, la imagen asociada a Biden es una fotografía de un bolígrafo automático, una referencia directa a la narrativa de Trump, quien ha insistido en que su antecesor “no sabía lo que firmaba” durante su mandato.
Obama, señalado como figura divisiva
La placa correspondiente a Barack Obama (2009–2017) hace énfasis en su nombre completo, “Barack Hussein Obama”, y lo describe como:
“Una de las figuras políticas más divisivas de la historia de Estados Unidos”.
El uso del nombre completo ha sido interpretado por críticos como un gesto político intencional, dado el contexto histórico de ataques y teorías impulsadas contra Obama durante años.
Bill Clinton: elogios con recordatorio incómodo
En el caso de Bill Clinton (1993–2001), el mensaje adopta un tono más matizado. La placa reconoce su “excelente gestión económica”, pero añade una referencia directa a sus escándalos personales.
También recuerda que su esposa, Hillary Clinton, perdió las elecciones presidenciales de 2016 frente a Donald Trump.
Ronald Reagan, el favorito
La placa dedicada al republicano Ronald Reagan (1981–1989), figura admirada públicamente por Trump, es abiertamente elogiosa. La inscripción afirma que:
- “Ganó la Guerra Fría”
- “Era fan del presidente Donald J. Trump mucho antes de su histórica campaña a la Casa Blanca”
La frase ha sido cuestionada por historiadores, al tratarse de una interpretación política sin respaldo documental.
Cambios para dejar marca en la Casa Blanca
La galería forma parte de una serie de modificaciones impulsadas por Trump para dejar su sello personal en la residencia presidencial.
El cambio más significativo es la construcción de un gran salón de baile, un proyecto que implicó la demolición de la histórica Ala Este, una decisión que también ha generado críticas entre expertos en patrimonio histórico y exfuncionarios.
Un gesto que rompe con la tradición
Históricamente, la Casa Blanca ha mantenido una política de neutralidad y respeto institucional hacia los expresidentes, independientemente de sus partidos.
La decisión de ridiculizar abiertamente a exmandatarios dentro de la sede del poder ejecutivo marca un nuevo episodio de polarización política y anticipa mayores tensiones en el debate público estadounidense.
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