Por Juan Pablo Ojeda
Toluca se plantó en Ciudad Juárez con la personalidad de un campeón y salió con un triunfo que pesa. El 1-2 en el Olímpico Benito Juárez no solo le da ventaja en la serie, también lo perfila con fuerza hacia el sueño del bicampeonato. A pesar de que los Bravos arrancaron con todo, el campeón del futbol mexicano supo resistir, castigar y administrar un partido que, por momentos, se jugó al ritmo frenético que caracteriza a la frontera.
Apenas iban tres minutos cuando los Diablos encendieron la noche. Jesús Murillo tomó el primer tiro del encuentro y clavó un gol que silenció el estadio, un golpe de autoridad tempranero que modificó completamente el guion del partido. Desde el banquillo toluqueño asomó un nombre con linaje mundialista: Francisco Pumpido, canterano rojo e hijo de Nery Pumpido, campeón del mundo en México 86 y hoy figura en la Conmebol. Un detalle que dio sabor a un duelo ya cargado de historia.
Juárez reaccionó como debía: con empuje, presión alta y la urgencia propia de un equipo obligado por el marcador. El dominio terminó reflejándose al minuto 55, cuando un rebote en el área cayó en los pies de Antonio “Pollo” Briseño. El defensor no perdonó y firmó el 1-1, un empate que parecía justo para lo que había mostrado el cuadro fronterizo.
Pero Toluca, fiel a su estilo bajo el Turco Mohamed, no necesita demasiado para volver a hacer daño. En un contragolpe bien trazado, Joao Paulo Dias volvió a convertirse en su verdugo de confianza. El atacante, que ya suma cuatro partidos consecutivos marcándole a Juárez, definió con frialdad para recuperar la ventaja y desinflar el ánimo local.
Los Bravos intentaron responder, pero el campeón cerró la puerta con oficio. Controló tiempos, ajustó líneas y sostuvo el marcador sin sobresaltos, dejando claro que la experiencia también juega en liguilla. El 1-2 obliga a Juárez a firmar una noche perfecta en la vuelta, mientras que Toluca regresa a casa con el panorama abierto y con plantel completo, incluso sin su figura Alexis Vega.
El campeón hizo lo que tenía que hacer: golpear primero, ganar de visita y perfilarse hacia unas semifinales donde pretende seguir construyendo la ruta del ansiado bicampeonato.
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