Por Bruno Cortés
En el Congreso se respira un ambiente de debate intenso, de esos donde las cifras y los discursos se cruzan como si fueran espadas. Esta vez, el tema es el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), una especie de recaudador silencioso que el gobierno usa para ponerle impuestos extra a cosas como cigarros, refrescos y alcohol.
Pero el diputado Rubén Moreira Valdez, coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, salió a decir lo que muchos ya sospechaban: que el nuevo aumento del IEPS no es una medida de salud ni una cruzada contra la obesidad, sino un intento desesperado por tapar el “boquete presupuestal” que trae el gobierno.
Con su tono directo, Moreira soltó: “La economía no despega y el gobierno está quebrado.” Y vaya que la frase resonó. En pocas palabras, el legislador pinta un panorama donde el dinero público ya no alcanza, y para cuadrar las cuentas del 2026, se está recurriendo a lo más fácil: cobrarle más a los consumidores.
El priista también advirtió que esto podría ser apenas la primera parte de la estrategia. Según él, el siguiente año podrían venir impuestos nuevos para otros sectores, como la industria de los pastelillos, el pan o la repostería. “Fue una estrategia dividir a la industria: primero unos, luego los otros,” dijo, dejando entrever que el gobierno estaría aplicando la táctica de “poco a poco” para evitar que todo el sector alimentario se rebele al mismo tiempo.
Y mientras desde el gobierno se habla de “responsabilidad fiscal” y “ajustes necesarios”, Moreira asegura que lo que realmente está pasando es un intento de rascar recursos de donde se pueda. La recaudación del IEPS —dice— no irá a programas de salud ni a la lucha contra la obesidad, como se había prometido hace años, sino directamente a tapar huecos del presupuesto.
Además, el coordinador priista lanzó una alerta que no suena descabellada: subir el impuesto al tabaco podría empujar aún más al mercado negro, un problema que ya afecta entre el 20 y el 30 % de los cigarrillos que se venden en México. En otras palabras, más impuestos no siempre significan más dinero para el Estado; a veces, solo alimentan un comercio ilegal que ya está fuera de control.
Este tipo de declaraciones no son menores. Llega justo en el marco del Paquete Económico 2026, el conjunto de leyes y números que definirá cuánto gastará y recaudará el país el próximo año. Y aunque el gobierno insiste en que es necesario fortalecer los ingresos para mantener programas sociales y megaproyectos, voces como la de Moreira apuntan a una verdad incómoda: no hay crecimiento, los ingresos no alcanzan y los parches fiscales se están agotando.
En el fondo, el debate sobre el IEPS no es solo técnico o contable. Es un reflejo de un país que busca dinero donde ya no hay, y de un gobierno que, entre promesas sociales y gasto público creciente, enfrenta la dura realidad de una economía que no termina de arrancar.
Porque al final, como diría el propio Moreira, “no están subiendo los impuestos por salud, los están subiendo porque ya no hay lana.”
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