Por Juan Pablo Ojeda
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo salió al paso de las críticas por el reciente nombramiento del epidemiólogo Hugo López-Gatell como representante de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El nombramiento, que fue oficializado días atrás, ha generado inconformidad entre diversos sectores, particularmente de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19, que calificó la designación como “incomprensible” y un “acto contrario al derecho a la verdad y a las víctimas”. En palabras de la Comisión, se trata de una especie de reconocimiento a lo que consideran “la peor gestión epidémica” registrada en el país.
Frente a estas declaraciones, la mandataria no dudó en defender al exsubsecretario de Salud, argumentando que las críticas provienen de los mismos sectores políticos que han cuestionado a López-Gatell desde que comenzó la pandemia en 2020, durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Para Sheinbaum, el nombramiento representa un reconocimiento a la labor técnica y experiencia sanitaria de Gatell, más allá del ruido político. Aseguró que es común que decisiones de este tipo despierten reacciones, pero insistió en que el nombramiento es una decisión soberana del Estado mexicano y responde a criterios profesionales, no partidistas.
López-Gatell fue una figura clave durante la crisis sanitaria por COVID-19, encabezando la estrategia nacional de atención y comunicación, lo que lo convirtió en un personaje visible y polémico. Mientras algunos sectores valoraron su claridad técnica y presencia constante en medios, otros lo señalaron por subestimar etapas críticas de la pandemia y por decisiones que, según sus críticos, costaron vidas.
En medio de este debate, Sheinbaum dejó claro que no cederá a presiones externas. “Hay quienes siguen buscando culpables, aunque el país ya pasó por ese proceso. Hoy estamos en otra etapa”, afirmó.
El nuevo rol de López-Gatell ante la OMS le permitirá representar a México en foros internacionales, discutir políticas sanitarias globales y aportar su experiencia en el manejo de emergencias de salud pública. En palabras de la presidenta, se trata de “una oportunidad para que México tenga voz en decisiones clave para el futuro sanitario del planeta”.
El conflicto, sin embargo, revela algo más profundo: la herencia política de la pandemia sigue presente. Más allá de los cargos o las comisiones, el debate sobre cómo se manejó —y quién debe rendir cuentas— continúa siendo un tema sensible que divide opiniones, incluso tres años después del momento más álgido de la crisis.
Deja una respuesta