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Sheinbaum rechaza nuevo muro fronterizo de EE.UU.

Por Juan Pablo Ojeda

 

Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lanzó un claro mensaje al Gobierno de los Estados Unidos: México no está de acuerdo con la construcción del muro fronterizo. Su declaración llega justo cuando medios estadounidenses reportan que avanza un nuevo tramo de valla secundaria entre Santa Teresa, Nuevo México, y Ciudad Juárez, Chihuahua.

«No es necesario el muro. Sin él, se ha logrado una frontera muy segura, con la colaboración y la coordinación«, afirmó Sheinbaum en su conferencia matutina. La presidenta dejó en claro que la decisión es unilateral del gobierno estadounidense —especialmente impulsada por el expresidente Donald Trump— y reiteró que la prioridad de México no es levantar barreras, sino promover la cooperación para el desarrollo y el respeto a las y los mexicanos que viven en Estados Unidos.

Mientras tanto, el medio Border Report confirmó que Estados Unidos ya trabaja en la construcción de 9.6 kilómetros de muro fronterizo secundario, con estructuras de acero de casi nueve metros de altura, instaladas en una de las zonas más peligrosas y mortales para los migrantes: el desierto de Santa Teresa. Este tramo se considera clave, ya que es comúnmente usado por redes de contrabando y tráfico de personas.

Según reportes, este nuevo muro reforzará una malla existente de 5.5 metros, la cual ha sido dañada repetidamente por cárteles y contrabandistas en años recientes. La región, además de ser punto de cruce irregular, es famosa por sus condiciones extremas, donde muchas personas migrantes pierden la vida intentando llegar al norte.

Sheinbaum insistió en que la seguridad fronteriza no se garantiza con muros, sino con trabajo coordinado y con estrategias más humanas y efectivas. “Lo están haciendo ellos. Nosotros no lo promovemos ni lo apoyamos”, recalcó.

El tema del muro ha vuelto a colocarse en el centro del debate binacional, justo cuando la campaña electoral en Estados Unidos toma fuerza y Donald Trump —quien insiste en usar el tema migratorio como bandera política— busca regresar a la Casa Blanca. México, bajo el liderazgo de Sheinbaum, parece querer reafirmar una postura soberana, de cooperación y respeto mutuo, en lugar de ceder ante presiones que apuestan por el aislamiento y la criminalización de la migración.

Con esta declaración, la presidenta marca distancia con las políticas más agresivas de la era Trump y plantea una visión distinta para la relación México–Estados Unidos, una donde los problemas regionales se abordan con solidaridad, desarrollo y diplomacia, no con acero ni cemento.

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