Por Juan Pablo Ojeda
En medio de nuevas tensiones entre México y Estados Unidos por temas de seguridad, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue clara y directa: su gobierno no tiene ninguna información que confirme que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) espió a agentes de la DEA, como lo aseguró un alto funcionario estadounidense esta semana.
La respuesta llegó después de que Matthew W. Allen, jefe de la División de la DEA en Los Ángeles, afirmara en una audiencia ante el Comité Judicial del Senado de EE. UU. que el CJNG había vigilado a personal de la agencia antidrogas durante el juicio de Rubén Oseguera González, mejor conocido como el Menchito, hijo de Nemesio Oseguera el Mencho, líder del cártel.
“No tenemos información con respecto a este tema que se mencionó en la comparecencia”, dijo la mandataria este martes durante su conferencia matutina. También aprovechó para recordar su postura sobre el fenómeno del narcotráfico: que este no es exclusivo de México y que la responsabilidad también recae en Estados Unidos, donde se encuentra el mercado de consumo más grande del mundo.
“¿Quién vende esa droga en Estados Unidos? La mayor parte del dinero que se recauda es en Estados Unidos por la venta ilegal de droga”, subrayó Sheinbaum, dando a entender que el combate al narcotráfico debe ser de ambos lados de la frontera y no solo un señalamiento hacia México.
Las acusaciones de Allen no fueron menores. Durante la audiencia en el Senado, el funcionario detalló que el CJNG llevó a cabo tareas de inteligencia contra agentes e informantes de la DEA, específicamente en Washington, durante el juicio del Menchito, quien fue condenado en marzo a cadena perpetua por tráfico de drogas.
Y fue más allá. Denunció que como represalia por el juicio, el cártel atacó directamente a informantes: dispararon contra la esposa e hija de un colaborador —esta última falleció— y también asesinaron a un soldado del Ejército mexicano. Según Allen, esto formó parte de un contraataque del CJNG por la captura y proceso de uno de sus líderes.
Además, en su exposición, Allen alertó sobre una supuesta infiltración a gran escala en el sur de California por parte de organizaciones como el CJNG y el Cártel de Sinaloa, a quienes calificó como verdaderos “imperios criminales paramilitares con alcance global”.
Por ahora, el gobierno mexicano niega tener datos que respalden esta narrativa, aunque el tema seguramente se mantendrá en la conversación bilateral sobre seguridad. Lo que es un hecho es que los vínculos entre crimen organizado, violencia en México y consumo de drogas en EE. UU. siguen tensando la relación entre ambos países, y este nuevo episodio solo aviva la polémica sobre quién debe asumir más responsabilidad en el combate al narcotráfico.
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