Por Juan Pablo Ojeda
En medio de la tensión creciente entre el combate al narcotráfico y la relación bilateral con Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dejó las cosas claras: no hay ningún acuerdo con la Administración para el Control de Drogas (DEA) para participar en el llamado Proyecto Portero. Así lo afirmó desde Palacio Nacional durante su conferencia matutina, sorprendida por el comunicado emitido por la propia DEA.
“Ayer la DEA emitió un comunicado diciendo que hay un acuerdo con el Gobierno de México para una operación que llaman Portero; no hay ningún acuerdo con la DEA”, señaló la mandataria. Lo único confirmado, aclaró, es que un grupo de policías mexicanos participó en un taller en Texas, pero eso no representa ni un operativo conjunto ni un convenio oficial.
Sheinbaum dijo desconocer los motivos por los que la DEA difundió tal información, y fue enfática al decir que ninguna institución de seguridad del país ha firmado algo al respecto. En sus palabras: “No sabemos por qué emitieron este comunicado”.
Lo que sí hay, puntualizó, es un acuerdo de seguridad que está por firmarse con el Departamento de Estado de EE.UU., basado en principios clave: soberanía, confianza mutua, respeto territorial y coordinación sin subordinación. Esto significa que cada país opera en su propio territorio, sin injerencias, y las colaboraciones deben respetar las leyes mexicanas y su Constitución.
“No hay ningún acuerdo para una operación en particular con la DEA. Es importante aclararlo. Nosotros no validamos algo que se emita por parte de una institución del Gobierno de EE.UU. que no se haya consultado al Gobierno de México”, insistió Sheinbaum, subrayando que cualquier vínculo con agencias extranjeras debe pasar por los canales legales y diplomáticos establecidos en la Ley de Seguridad Nacional.
El Proyecto Portero, según explicó la DEA en su comunicado, tiene como objetivo desmantelar a los llamados “guardianes” de los cárteles, quienes serían los operadores clave en los corredores de contrabando en la frontera suroeste de Estados Unidos. Estos individuos, afirma la agencia, controlan el flujo de drogas como fentanilo, metanfetamina y cocaína hacia el norte, mientras facilitan el retorno de armas y dinero hacia territorio mexicano.
La DEA asegura que al atacar a estos guardianes, se golpea el núcleo del comando y control de los cárteles. Pero desde México, la presidenta Sheinbaum ha sido contundente: ese operativo no ha sido acordado con su gobierno.
El mensaje es claro: la nueva administración quiere mantener la cooperación, sí, pero bajo términos claros, soberanos y legales. Nada de acuerdos unilaterales ni operativos disfrazados.































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