Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo informó que uno de los temas principales tratados con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, fue la extradición y captura de Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, así como de otros capos relevantes que puedan representar un riesgo para la seguridad de México.
Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum explicó que la decisión de enviar capos a Estados Unidos se toma bajo criterios soberanos, analizando los riesgos que podrían generar narcoguerras y aumentos en la violencia en territorio nacional. “Hay casos muy relevantes para México donde se pide deportación o extradición, igual que ellos lo hacen hacia allá”, aseguró la mandataria.
En cuanto a la captura de Zambada, Sheinbaum detalló que la reunión fue para escuchar y analizar información sobre el aumento de delitos en Sinaloa, pero no se profundizó en detalles de operaciones. Reiteró que cualquier extradición o envío de personas se realiza bajo un análisis de riesgo en el Consejo de Seguridad Nacional, priorizando la seguridad y la paz del país.
Además de la extradición de capos, la presidenta destacó que México y Estados Unidos han conformado un equipo coordinado de seguridad, integrado por titulares de dependencias como SSPC, Defensa, Marina, Relaciones Exteriores y la FGR, para evaluar el tráfico de drogas y armas hacia ambos países. Este grupo se reunirá periódicamente para medir incautaciones y definir estrategias frente al crimen organizado.
“Todo se medirá a través de indicadores: si hay menos incautaciones de drogas hacia EE.UU., es que estamos trabajando bien; y lo mismo en caso del tráfico de armas hacia México”, explicó Sheinbaum, quien añadió que la información servirá para ajustar el despliegue de elementos federales y reducir la violencia en las zonas más afectadas.
Por último, la presidenta destacó que Estados Unidos también iniciará investigaciones para identificar a empresas o personas que envíen armamento a grupos criminales, reforzando así la colaboración binacional. La nueva estrategia busca un trabajo conjunto y medible, donde las decisiones se tomen con base en resultados y análisis de riesgo, sin comprometer la soberanía mexicana.
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