Por Juan Pablo Ojeda
Durante la Mañanera del Pueblo de este viernes, la presidenta Claudia Sheinbaum salió a aclarar uno de los temas que más ruido ha generado en los últimos días: el nuevo paquete arancelario aprobado por el Congreso. La mandataria fue directa al señalar que su gobierno no busca confrontaciones comerciales con ningún país y que la medida no tiene un ánimo punitivo, sino de protección a la economía nacional.
Sheinbaum explicó que el diseño final de los aranceles no fue una ocurrencia ni una decisión unilateral. Detrás hubo un trabajo coordinado entre la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Economía y el Senado, donde se realizaron cambios importantes a la propuesta original. El objetivo, dijo, fue claro desde el inicio: cuidar la producción en México sin provocar inflación ni golpear a las pequeñas y medianas empresas.
En palabras sencillas, el gobierno buscó cerrar la puerta a prácticas desleales de comercio sin encarecer productos ni romper cadenas productivas. La presidenta reconoció que muchas pymes dependen de insumos importados, sobre todo de países asiáticos, por lo que un aumento indiscriminado de impuestos habría tenido efectos negativos inmediatos en precios y empleo.
Por eso, destacó el papel del Senado, que abrió mesas de trabajo con representantes del sector productivo. Ese diálogo permitió afinar el paquete arancelario para evitar aumentos de precios y garantizar que las fábricas en México no se quedaran sin materiales. Sheinbaum subrayó que la propuesta final cambió de forma sustancial gracias a estas conversaciones.
La mandataria también recordó que la Secretaría de Economía cuenta con herramientas legales para aplicar esquemas diferenciados, reducir impuestos o establecer periodos de transición. Esto, aclaró, se hará siempre dentro del marco de la ley y sin decisiones discrecionales, para dar certidumbre a empresarios y socios comerciales.
En el plano internacional, Sheinbaum confirmó que China, India y Corea del Sur han sido los países que más se han acercado a México tras el anuncio de los aranceles. Con ellos ya existen mesas de trabajo abiertas para explorar esquemas de cooperación económica. Aunque evitó adelantar si estas pláticas derivarán en tratados formales, dejó claro que el gobierno mantiene una postura de diálogo y respeto.
“No queremos enemistarnos con ningún país”, reiteró la presidenta, al señalar que la política exterior y comercial de México busca estabilidad y beneficios mutuos, no conflictos.
Finalmente, Sheinbaum vinculó estas decisiones con el Plan México, la estrategia económica de su administración. Destacó que sectores como el textil ya muestran señales positivas, con menos importaciones y mayor producción nacional, algo que no se veía desde hace años. En el caso de los medicamentos, precisó que no están sujetos a estos aranceles, aunque se trabaja en fortalecer la producción farmacéutica interna.
El mensaje de fondo es que el gobierno apuesta por un equilibrio: proteger la economía mexicana, impulsar la producción nacional y mantener relaciones comerciales sanas en un contexto global cada vez más complejo.
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