Por Juan Pablo Ojeda
Durante su conferencia matutina, conocida como la mañanera del pueblo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, abordó la reciente controversia sobre posibles sanciones aéreas por parte del gobierno de Estados Unidos, luego de que el expresidente Donald Trump acusara a México de obligar a aerolíneas de carga estadounidenses a dejar de operar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
La mandataria aclaró que, hasta el momento, el gobierno mexicano no ha recibido una notificación formal sobre dicha sanción, aunque reconoció que un comunicado de la Secretaría de Transporte de EE. UU. ya circula. “Parece que van a notificar esta semana y hay que ver exactamente a qué se refiere”, dijo Sheinbaum.
Sobre los antecedentes de la decisión que llevó a la reubicación de la carga aérea del AICM al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), Sheinbaum recordó que desde 2014 —antes del gobierno de López Obrador— ya se reconocía oficialmente que el AICM sufría de una saturación crítica. Esa fue una de las principales justificaciones para la fallida construcción del aeropuerto de Texcoco.
En ese contexto, la actual administración tomó una decisión basada en estudios técnicos para distribuir las operaciones aéreas entre el AICM y el AIFA, especialmente en lo que respecta a carga exclusiva. “México es soberano, y se tomó una decisión con base en un análisis técnico. No fue arbitraria ni repentina. Las empresas fueron notificadas y, con el tiempo, muchas de ellas se adaptaron e incluso encontraron ventajas operativas al cambiar al AIFA”, aseguró la presidenta.
Sheinbaum también explicó que la saturación del AICM ponía en riesgo su operación, lo que justificaba medidas correctivas como reducir vuelos y transferir operaciones. Agregó que cualquier desacuerdo comercial puede resolverse por medio del diálogo técnico entre las autoridades competentes, sin que eso implique una confrontación directa con EE. UU.
Sobre el viejo proyecto del aeropuerto en Texcoco, Sheinbaum retomó su crítica histórica: un plan de infraestructura costoso y ambientalmente inviable. Explicó que esa zona no solo tiene un suelo inestable por su naturaleza arcillosa, sino que también actúa como un regulador natural del agua en el Valle de México. “Querían cerrar el AICM y montar un nuevo Santa Fe en 700 hectáreas. Era más un proyecto inmobiliario que aeroportuario”, afirmó, recordando además la represión en Atenco y la oposición de comunidades ejidales.
La presidenta también destacó que, gracias a la consulta ciudadana impulsada por el presidente López Obrador en 2018, se canceló el aeropuerto de Texcoco y se construyó el AIFA, lo que permitió mantener en operación el AICM y ahorrar recursos públicos. “La inversión resultó más eficiente y evitamos la destrucción de una zona ambiental crítica”.
Sheinbaum subrayó que México mantiene una política exterior basada en el respeto mutuo y que cualquier posible diferencia técnica o comercial será abordada con firmeza, pero también con apertura al diálogo: “No queremos entrar en ninguna confrontación con el gobierno de EE. UU.; no le conviene a nadie”.
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