Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo calificó como “totalmente exagerada” la decisión del Gobierno de Estados Unidos de volver a cerrar la frontera al ganado mexicano, luego de detectarse un nuevo caso de gusano barrenador en el estado de Veracruz.
Durante su conferencia de prensa en Palacio Nacional, Sheinbaum aseguró que el Gobierno mexicano, a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), actuó de inmediato conforme a los protocolos establecidos y que la situación se encuentra bajo control.
“Se están aplicando todos los protocolos, llegan los veterinarios, hay un equipo especializado, se liberan moscas estériles para evitar la propagación del gusano barrenador. Todo se hace conforme a lo que dice la ciencia”, sostuvo la mandataria.
El nuevo caso fue detectado en el municipio de Ixhuatlán de Madero, Veracruz, y se encuentra a más de 250 kilómetros del área de contención y a casi 600 kilómetros de la frontera con EE.UU., según datos del propio Senasica y las autoridades norteamericanas.
Sheinbaum expresó que la decisión estadounidense de frenar nuevamente la exportación de ganado, bisontes y equinos mexicanos es desproporcionada, sobre todo considerando que apenas el pasado 7 de julio se había autorizado la reapertura parcial de la frontera tras dos meses de suspensión.
“Es un tema técnico, no político. Desde el primer brote se trabajó en conjunto con los técnicos de Estados Unidos. Por eso nos parece una medida exagerada. Pero ya están nuevamente trabajando los equipos para demostrar que todo está bajo control”, agregó la presidenta.
La medida fue anunciada por Brooke L. Rollins, secretaria de Agricultura de EE.UU., quien ordenó el cierre inmediato de los puertos fronterizos del sur para el comercio de animales provenientes de México, como medida de contención.
Sheinbaum confió en que el trabajo técnico y coordinado entre ambos países permita una pronta reapertura de la frontera. “Ya se está demostrando con hechos que se está atendiendo la situación con total seriedad”, concluyó.
Esta controversia resalta la tensión que puede generar una sola detección sanitaria, incluso con la aplicación rigurosa de los protocolos binacionales. El impacto económico para el sector ganadero mexicano es considerable, especialmente para los productores que dependen del mercado estadounidense.
Mientras tanto, los ojos del sector agropecuario están puestos en las negociaciones técnicas que se reanudan para restablecer la confianza sanitaria entre ambos países.
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