Por Juan Pablo Ojeda
En una noche llena de emociones en el Geodis Park de Nashville, la Selección Mexicana protagonizó un partido vibrante ante Corea del Sur, que terminó 2-2 en el agregado, gracias a un gol agónico de Santiago Giménez al minuto 94. Este empate mantuvo a México invicto en la fecha FIFA de septiembre y sirvió para mostrar que, pese a las dificultades, el Tri sigue consolidando su nivel rumbo al Mundial 2026.
El encuentro arrancó con México siendo más incisivo. Desde los primeros minutos, los dirigidos por el estratega nacional mostraron velocidad por las bandas y opciones de gol, presionando a la defensa asiática. La primera recompensa llegó al minuto 21: Rodrigo Huescas mandó un pase bombeado desde la derecha que encontró a Raúl Jiménez en el área, y el delantero no perdonó con un cabezazo impecable que puso el 1-0 para el Tri. La presión mexicana continuó y, al 45, Johan Vásquez remató de lejos, pero el arquero Kim Seung-Gyu se lució con una gran atajada al poste izquierdo, evitando que México se fuera al descanso con ventaja más amplia.
La segunda parte trajo modificaciones estratégicas del técnico surcoreano Hong Myung-bo, quien decidió mandar al campo a su estrella Son Heung-Min, buscando darle mayor dinamismo al ataque asiático. Son generó peligro inmediato con disparos al 49 y 53, ambos bien controlados por el portero mexicano Raúl Rangel. Sin embargo, la insistencia coreana dio frutos al minuto 65: Oh Hyeon-Gyu envió un pase que permitió a Son Heung-Min conectar una volea perfecta y empatar el partido 1-1.
Cinco minutos más tarde, Corea dio vuelta al marcador. Oh Hyeon-Gyu recibió un pase filtrado, se quitó la marca de Vásquez y definió con un tiro raso para poner el 2-1, dejando a México con la obligación de buscar el empate en los minutos finales. La tensión se palpaba en cada ataque mexicano, y el público en Nashville no dejó de animar.
Cuando todo parecía perdido para el Tri, llegó la reacción final. Un pase preciso de Sánchez encontró a Santiago Giménez en la media luna; con un giro perfecto, el delantero disparó de zurda y clavó el balón en la portería surcoreana al minuto 94, provocando la explosión de alegría en el equipo y en la afición. El empate final, 2-2, salvó a México de una derrota que hubiera sido dura y le permitió sumar un punto importante en la serie.
Este resultado complementa el empate 0-0 con Japón, dejando al Tri con sensaciones mixtas pero con la certeza de que aún cuenta con figuras capaces de marcar la diferencia en momentos clave. La actuación de Giménez y Jiménez demostró que, pese a los altibajos del equipo, México tiene herramientas ofensivas y carácter para competir en amistosos internacionales y seguir afinando su preparación de cara al Mundial 2026, en el que ya está clasificado.
El partido también sirvió para poner a prueba a jóvenes como Rodrigo Huescas, quienes aportaron velocidad y desequilibrio, y para ver la consolidación de los porteros del Tri, en especial Raúl Rangel, que fue clave para contener los embates de Son Heung-Min.
En definitiva, un empate con sabor a victoria para México, que demuestra que, cuando todo parece perdido, jugadores como Santiago Giménez aparecen para mantener viva la ilusión de los aficionados y reforzar la confianza rumbo al torneo más importante del mundo.
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