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Historia de lo inmediato

Riesgo cardiaco por exceso de pantallas en jóvenes

Por Juan Pablo Ojeda

 

Un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Heart Association ha lanzado una advertencia contundente: el uso excesivo de pantallas por parte de niños y jóvenes podría poner en riesgo su salud cardiometabólica, especialmente cuando se combina con una mala calidad de sueño.

El estudio, realizado con datos de más de mil participantes en Dinamarca, revela que el tiempo frente a dispositivos como teléfonos, consolas, tabletas o televisores está asociado con mayores niveles de presión arterial, colesterol alto y resistencia a la insulina en niños y adolescentes.

Dormir menos potencia el daño de las pantallas

Los investigadores encontraron que el vínculo entre el uso recreativo de pantallas y los riesgos cardiometabólicos es más fuerte entre aquellos que duermen menos horas. Dormir poco o irse a la cama muy tarde amplifica significativamente el riesgo de desarrollar alteraciones metabólicas tempranas.

“El sueño parece ser una vía clave que conecta el uso de pantallas con cambios metabólicos que se acumulan desde edades tempranas”, señalan los autores del estudio.

Esto sugiere que el tiempo frente a la pantalla no solo desplaza la actividad física, sino también el descanso necesario para regular el metabolismo, afectando así el desarrollo de los sistemas cardiovascular y endocrino en etapas críticas del crecimiento.

Una realidad preocupante: solo 29% tiene buena salud cardiometabólica

El estudio complementa una declaración científica emitida en 2023 por la Asociación Estadounidense del Corazón, la cual reveló que solo el 29% de niños y jóvenes estadounidenses (de entre 2 y 19 años) tienen una salud cardiometabólica favorable.

La investigación actual se suma a esta preocupación, al analizar cohortes de jóvenes de 10 y 18 años y confirmar que el tiempo frente a pantallas es un factor de riesgo relevante, especialmente cuando no se duerme lo suficiente.

¿Qué pueden hacer los padres y cuidadores?

Los científicos sugieren que los hábitos digitales deberían discutirse en las consultas pediátricas, junto con la alimentación, el ejercicio y el descanso. Limitar el uso de pantallas antes de dormir —por ejemplo, evitar la exposición a la luz azul en la noche— podría ser una estrategia útil para reducir el riesgo cardiometabólico en etapas tempranas de la vida.

Sin embargo, también aclaran que se trata de un estudio observacional, lo que implica que los resultados muestran correlaciones, no causalidad directa. Además, el tiempo frente a la pantalla fue reportado por los padres, lo que podría afectar la precisión de los datos.

Próximos pasos: investigar la luz de las pantallas y el sueño

Los investigadores recomiendan que futuros estudios exploren cómo la exposición a pantallas en horas nocturnas —que puede alterar los ritmos circadianos— influye en el inicio del sueño y en la salud metabólica. Esta línea de investigación podría conducir a nuevas recomendaciones clínicas y escolares para promover hábitos saludables desde la infancia.

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