Por Juan Pablo Ojeda
Un nuevo capítulo en el caso Jeffrey Epstein volvió a encender el debate público luego de que se difundieran más de un centenar de fotos y videos inéditos de su isla privada en el Caribe, un sitio que durante años estuvo envuelto en secretismo y denuncias de abuso sexual. El material, que incluye grabaciones del interior de la mansión y de varias instalaciones, ofrece una mirada más detallada a los espacios que el financiero utilizó mientras operaba su red de explotación.
Las imágenes muestran habitaciones decoradas de forma inquietante, una sala equipada con una silla de dentista rodeada de mascarillas de látex, así como rincones que aparentan tener fines médicos o de control. También aparecen áreas comunes, como pasillos, oficinas improvisadas y una pizarra con palabras como “poder”, “política” y “engaño”. Para investigadores y analistas, estos detalles alimentan la discusión sobre la estructura psicológica y operativa que Epstein mantenía en el lugar.
La difusión del contenido ocurre en medio de una creciente presión pública y política para que se liberen todos los archivos relacionados con la red criminal del empresario, incluidos registros de vuelo, listas de invitados, documentos financieros y cualquier evidencia que pueda esclarecer el nivel de participación de personas de alto perfil. Para los grupos de víctimas, esta nueva publicación es un avance hacia la transparencia que durante años han exigido.
Además, legisladores estadounidenses insisten en que no puede haber piezas ocultas en un caso que involucró a múltiples instancias de poder económico y político. Consideran que revelar el material restante permitirá reconstruir con precisión la red de complicidades que operó alrededor de Epstein y evitar que la historia quede incompleta o sujeta a especulaciones.
Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos celebraron la divulgación al argumentar que es un paso necesario para entender la magnitud de los abusos cometidos en la isla y para presionar por justicia en los casos que aún siguen abiertos. Aunque Epstein murió bajo custodia federal en 2019, las investigaciones continúan, especialmente en torno a su círculo cercano y posibles beneficiarios de su red.
Las imágenes, por perturbadoras y reveladoras, reavivan el escrutinio sobre uno de los escándalos más oscuros de la élite internacional y ponen nuevamente la atención en cómo operaba la maquinaria que durante años permaneció protegida por el silencio, la influencia y el poder.
































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