Por Bruno Cortés
En el Congreso las discusiones sobre dinero siempre levantan pasiones, porque ahí se decide cómo y en qué se va a gastar cada peso del país. Y esta vez, el PRI, con su coordinador Rubén Moreira al frente, dejó claro que no piensa quedarse callado frente al Paquete Económico 2026. En palabras sencillas: el tricolor está en contra de que el Gobierno aumente la deuda pública, suba impuestos a la gente o recorte recursos en áreas tan sensibles como la salud, la cultura y la seguridad.
Moreira explicó que, para defender esa postura, su bancada prepara cientos de reservas, que son como correcciones o propuestas alternativas que los diputados pueden presentar cuando se discute el Presupuesto de Egresos de la Federación. Y no será poca cosa, porque de esas reservas depende si el dinero se reparte de manera más equilibrada o se concentra en lo que al Ejecutivo le interesa.
El legislador recordó que ayer hubo una reunión en Palacio Nacional con el nuevo secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora. Ahí los diputados escucharon la explicación del gobierno sobre por qué planean gastar de cierta forma, pero también lanzaron preguntas duras. Según Moreira, no basta con escuchar exposiciones bonitas: se necesita diálogo real, porque al final de cuentas lo que se vote impactará en la vida de millones de mexicanos.
En el terreno político, Moreira no se quedó callado. Criticó los foros recientes organizados por el gobierno, asegurando que han sido un fracaso y que lejos de enriquecer el debate, lo han empobrecido. Además, señaló que los gobernadores del partido oficial siguen obedeciendo ciegamente las líneas del presidente, lo que en su opinión complica la gobernabilidad y frena soluciones a problemas como la inseguridad.
Sobre este tema, puso como ejemplo la reciente detención en Paraguay del exsecretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez, acusado de tener vínculos con el crimen organizado. Para Moreira, estos casos reflejan un problema más profundo: las instituciones de seguridad en México se han debilitado. Recordó cómo el desmantelamiento de la Policía Federal, el uso del Ejército y la Marina en tareas administrativas y las políticas contra el huachicol terminaron generando más incentivos para el tráfico ilegal de combustible y dejando vacíos de autoridad.
El priista no dudó en señalar al expresidente López Obrador como el responsable de muchos de estos problemas. Recordó la promesa incumplida de que la gasolina costaría 10 pesos y señaló que hoy, en lugares como Texas, es más barata que en México, lo que alimenta el contrabando. Y agregó que las malas decisiones del sexenio anterior son ahora un lastre para la presidenta Claudia Sheinbaum, que enfrenta consecuencias heredadas.
Con todo esto, la postura del PRI es clara: no avalará un presupuesto que endeude más al país, cargue a la población con más impuestos o le quite recursos a sectores que, según Moreira, son indispensables para sostener la vida social y económica del país. La pelea apenas comienza, y el próximo miércoles su bancada presentará formalmente sus propuestas, que seguramente calentarán aún más el debate en el Congreso.
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