Por Bruno Cortés
En la Cámara de Diputados volvió a subir la temperatura política. Esta vez, el PRI, encabezado por su coordinador Rubén Moreira, salió con todo contra el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, acusando que en este primer año no hay respuestas claras a los problemas urgentes del país. La crítica central: que el gobierno gasta mal y promete mucho, pero no resuelve lo que la gente vive día a día.
Moreira pidió que todas y todos los secretarios de Estado vayan a la Cámara de Diputados a dar la cara y explicar qué han hecho hasta ahora. El PRI quiere que no quede en discursos la rendición de cuentas. De paso, el legislador reprochó que Morena no ha cumplido con la reforma al artículo 123 constitucional, la que hubiera servido para mejorar el salario de policías, médicos, enfermeras, maestros y soldados. Según él, no es falta de voluntad, sino de dinero, lo que refleja que las prioridades no están en quienes cuidan al país.
El pleito grande viene con el Paquete Económico 2026 —ese que cada año define cuánto dinero se recauda y en qué se gasta—. El PRI adelantó que votará en contra porque, dicen, es un presupuesto con “visión politizada”. En pocas palabras, que se gasta más en pagar deuda, militarización y trenes, que en educación, seguridad, salud o infraestructura básica.
El diputado Yerico Abramo puso un dato fuerte sobre la mesa: el gobierno planea destinar 22 mil millones de pesos más al pago de deuda que a lo que mandará a estados y municipios. O sea, las deudas tendrán más dinero que los gobiernos locales. Además, advirtió que se castigará a los ahorradores, subiéndoles el impuesto del 0.9%, cuando antes se había logrado bajarlo.
Por su parte, Mario Zamora reclamó que el presupuesto “se olvidó del campo”. No hay programas de apoyo a productores, ni créditos baratos, ni recursos para maquinaria o infraestructura rural. Algo similar señaló Emilio Suárez, al detallar que carreteras, agua, medio ambiente, obra urbana y promoción económica apenas se llevarán el 3% del gasto total, lo que calificó como abandono.
Moreira también aprovechó para hablar de otros problemas. Denunció que el programa de bacheo —el famoso “Bachetón” de Sheinbaum— fue solo propaganda sin resultados. Exigió un plan real para atender las inundaciones que golpean a la Ciudad de México y a otros estados, y encendió las alarmas sobre Colima, que según él ya es el estado más violento del país, con tasas de homicidio alarmantes.
En resumen, lo que busca el PRI es poner un espejo incómodo frente al gobierno: que en el discurso se habla de bienestar y de obras grandes, pero en la práctica se descuidan cosas básicas como la seguridad, el campo, la educación o la salud. Y aunque falta ver cómo se moverán las demás bancadas, el PRI ya adelantó que el próximo 18 de septiembre presentará su propio “presupuesto alterno”, con otra forma de repartir el dinero público.
La pelea no es solo técnica ni de números. Es política pura: el PRI quiere mostrar que Morena gobierna con ocurrencias y que no tiene un plan claro para el bolsillo de la gente.
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