Por Bruno Cortés
En el Congreso siempre hay ruido, pero a veces conviene bajarle el volumen y entender qué está pasando en serio. Esta vez, el escándalo gira en torno a Alejandro Moreno Cárdenas, más conocido como Alito, senador del PRI y su actual dirigente nacional. ¿El tema? Otra vez se habla de quitarle el fuero. Y como era de esperarse, la cosa ya levantó sospechas de si esto es justicia o venganza política.
Pero según Hugo Eric Flores Cervantes, diputado de Morena y presidente de la Comisión Jurisdiccional de la Cámara de Diputados, no hay persecución política de por medio. Lo que hay, dijo, es una solicitud formal para iniciar el proceso de retiro del fuero, que todavía ni siquiera ha sido aceptada. Asegura que la Sección Instructora, que es el órgano encargado de revisar estos casos, tomará el asunto con base jurídica y no partidista.
Para quienes no están tan familiarizados: el fuero es esa protección constitucional que tienen ciertos funcionarios para no ser juzgados mientras están en el cargo. Pero si alguna autoridad —como una fiscalía estatal o federal— cree tener pruebas suficientes para procesarlos, debe solicitar a la Cámara de Diputados que les retire esa protección. Ese proceso se llama “procedencia”, y ahí es donde entra la Sección Instructora.
Ahora, volviendo al caso: la Fiscalía de Campeche armó una carpeta de investigación contra Alito. No se han hecho públicos todos los detalles, pero ya hay funcionarios de su administración estatal (recordemos que fue gobernador de Campeche) señalados. Lo que dice el diputado Flores es que no es Morena quien investiga, ni mucho menos la Sección Instructora. Ellos sólo revisan si hay elementos suficientes para quitar el fuero y permitir que el senador sea juzgado como cualquier ciudadano.
Hasta ahora, a Alito sólo se le ha informado que existe una nueva solicitud para quitarle el fuero. No hay notificación formal, porque todavía no se decide si se admite o no esa solicitud. Eso ocurrirá después de una reunión de trabajo a finales del mes, y, en su caso, se discutiría en el Pleno de la Cámara durante el próximo periodo ordinario de sesiones.
Sobre el activismo político del priista, Flores fue directo: tiene derecho a defenderse como quiera, pero la ruta que él eligió —la política— no es la que seguirá la Cámara, al menos según lo dicho por los legisladores de la Sección Instructora. “Nosotros vamos a apegarnos a derecho”, insistió.
En otras palabras, lo que se quiere dejar claro desde Morena es que esto no es un golpeteo político, aunque muchos lo vean así. Lo cierto es que en un país donde la justicia casi siempre se mezcla con la política, será el desenlace del proceso (si es que avanza) lo que realmente pondrá a prueba esa afirmación.
Mientras tanto, el juego sigue en San Lázaro. Y lo que está en disputa no es sólo el fuero de un senador, sino la credibilidad de un Congreso que dice actuar conforme a derecho… aunque todos sabemos que ahí la política nunca se va del todo.
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