Por Juan Pablo Ojeda
En Palacio Nacional se encendió una luz de tranquilidad para millones de familias. La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que en 2026 habrá aumento a la Pensión de Adultos Mayores y al resto de los programas del Bienestar, una noticia que pega directo en el bolsillo de quienes dependen de estos apoyos para completar gastos básicos.
Hoy, más de 12 millones de personas reciben esta pensión, que en 2025 llegó a 6 mil 200 pesos bimestrales. Si uno voltea hacia atrás, el crecimiento ha sido notable: en 2018, cuando arrancó el programa con López Obrador, el apoyo era de apenas 1,160 pesos. En siete años, la cifra prácticamente se multiplicó por cinco.
Para el próximo año, Sheinbaum explicó que el aumento será equivalente a la inflación. Todavía no hay un número definitivo, pero los especialistas calculan que ésta podría ubicarse entre 3.5% y 4%. Traducido a pesos, el ajuste dejaría la pensión entre 6,417 y 6,448 pesos bimestrales. Es decir, un incremento de entre 217 y 248 pesos respecto a 2025. Nada espectacular, pero sí un respiro constante para quienes cada bimestre esperan ese depósito.
Mientras tanto, la Secretaría del Bienestar cerró 2025 con cifras históricas. La titular, Ariadna Montiel, informó que 13.2 millones de personas adultas mayores recibieron puntualmente los seis pagos del año, con una inversión superior a 484 mil millones de pesos.
Otros programas también avanzaron:
– Pensión Mujeres Bienestar, ya universal para mujeres de 60 a 64 años, con más de 23 mil millones de pesos ejercidos.
– Pensión para personas con discapacidad, que llega a 1.6 millones de beneficiarios y es universal en 24 estados.
– Apoyo a Madres Trabajadoras, que respalda a más de 256 mil niñas y niños con 1,650 pesos bimestrales.
– Sembrando Vida, que mantiene a 409 mil sembradores y sembradoras con un jornal mensual de 6 mil 450 pesos.
El mensaje político es claro: el próximo año no habrá recortes ni congelamientos. La apuesta del gobierno sigue siendo fortalecer la red de apoyos sociales. Y aunque el aumento estará atado a la inflación —sin saltos abruptos—, la intención es mantener el poder adquisitivo de los beneficiarios y asegurar que estos programas sigan siendo un pilar para millones de hogares.































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