Por Juan Pablo Ojeda
El expresidente Enrique Peña Nieto rechazó nuevamente cualquier relación con el escándalo del software espía Pegasus, asegurando que la insinuación de que su gobierno recibió sobornos o aportaciones ligadas a la compra del sistema es “totalmente falsa” y carece de sustento.
En entrevista con Radio Fórmula, el exmandatario sostuvo que la nota del medio israelí The Marker ha sido tergiversada para poner en duda su honorabilidad y manchar su legado político.
“Es una disputa entre empresarios sobre inversiones en México. Eso es lo que está en juego, no mi persona ni alguna actuación indebida como presidente. No hay prueba, no hay sustancia. Se busca generar ruido doloso”, afirmó.
Peña Nieto puntualizó que durante su sexenio nunca intervino en la asignación de contratos públicos, y que jamás instruyó a funcionario alguno a entregar contratos a empresas determinadas. “Yo no di línea, nunca, de asignar contratos. Y además, nunca me desempeñé en áreas responsables de adjudicaciones”, recalcó.
La controversia surgió a raíz de un artículo publicado por The Marker, en el que se describe una disputa legal entre los empresarios israelíes Avishai Neriah y Uri Ansbacher, quienes —según el texto— estuvieron involucrados en la venta de Pegasus a diversas agencias mexicanas como la Sedena, la extinta PGR y el Cisen.
Aunque el medio no menciona directamente el nombre completo del expresidente, hace alusión a “una figura política electa en 2012”, insinuando que 25 millones de dólares pudieron haber sido dirigidos a su entorno, sin precisar destino ni pruebas claras.
Peña Nieto recordó que el caso Pegasus ya había sido investigado en México, y que el software fue adquirido por varios países, no con fines de espionaje político, sino para fortalecer labores de inteligencia. “En su momento se aclaró. Fue una herramienta vendida por empresas israelíes, pero no con el propósito de espiar a nadie. Así fue entendido internacionalmente”, dijo.
El expresidente también cuestionó las motivaciones detrás de los señalamientos, insinuando que uno de los empresarios involucrados podría estar usando su nombre como una ficha en la disputa legal.
“No lo sé, no puedo afirmarlo, pero no me extrañaría que, en ese pleito, a alguno de ellos le sea conveniente mencionarme. Lo veo más como una especulación malintencionada que como un hecho”, expresó.
Con estos nuevos posicionamientos, Peña Nieto busca contener el escándalo que lo vuelve a colocar en el centro del debate público, justo en un momento en que el gobierno de Claudia Sheinbaum ha reiterado su compromiso con la transparencia y la no impunidad.
Por ahora, no hay denuncias penales formales contra el expresidente, pero el nombre de Pegasus vuelve a reavivar uno de los capítulos más polémicos de la historia reciente del espionaje en México.
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