Por Juan Pablo Ojeda
En los últimos días, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, volvió al centro de la escena política al convertirse en tema de preocupación para organismos consultivos de Derechos Humanos vinculados a la ONU.
Durante un encuentro con representantes de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), figuras como Davika Bissessar, de la Bonaire Human Rights Organization, y James Finis, de Nos Kier Boneiru Bek, expresaron su preocupación por lo que califican como una clara persecución política a manos del Gobierno de Claudia Sheinbaum.
Estos observadores internacionales aseguraron que el caso de Moreno, también presidente de COPPPAL, refleja un patrón preocupante: el uso de las fiscalías y órganos jurisdiccionales para acallar a la oposición y debilitar a voces críticas. Incluso declararon que estas prácticas encajan más con regímenes autoritarios que con democracias sanas.
Tras reunirse con Moreno, los defensores pidieron medidas cautelares por el riesgo que enfrenta él y su familia, y anunciaron que elevarán el caso ante organismos como la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU y diversas organizaciones de protección de derechos humanos.
En palabras de Bissessar y Finis, la situación es “inaceptable” porque puede convertirse en un precedente peligroso: “Actores periféricos, en complicidad con Estados represores, actúan sin límites violentando el Estado de Derecho democrático”.
Para precisa, ya hay una denuncia formal en marcha: la COPPPAL prepara una denuncia ante el Alto Comisionado de la ONU y también ante el Parlamento Europeo, donde buscarán apoyo para frenar el avance de lo que califican como una guerra jurídica sistemática contra los opositores políticos en México, en especial contra Alejandro Moreno.
Este nuevo capítulo suma a la larga lista de denuncias que el dirigente del PRI ha hecho sobre el uso de la ley como arma política. La COPPPAL así lo refrenda: la presión judicial que enfrenta Moreno no parece ser fruto del azar, sino de una estrategia deliberada para minar su figura y la del PRI.
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