Por Juan Pablo Ojeda
Un fin de semana para el olvido tuvieron los Buffalo Bills, últimos invictos de la NFL, que vieron cómo los New England Patriots les cortaron el paso perfecto con un apretado marcador de 23-20 en el Highmark Stadium. La estrella de la jornada fue Stefon Diggs, quien regresó a Buffalo y terminó con 10 recepciones y 146 yardas, liderando a su equipo en un duelo lleno de errores, intercepciones y momentos de tensión.
El primer cuarto fue un verdadero caos: Josh Allen, Ray Davis y Rhamondre Stevenson entregaron balones en una serie tras otra, lo que generó dudas y permitió que ambos equipos se midieran más por la defensa que por el ataque. Finalmente, Andres Borregales rompió el cero con un gol de campo de 30 yardas, mientras las ofensivas intentaban encontrar ritmo.
La segunda mitad trajo un respiro para Buffalo: Josh Allen conectó con Curtis Samuel para el primer touchdown del partido, pero los Patriots demostraron que no estaban dispuestos a rendirse. Drake Maye, en su papel de líder en el emparrillado, sumó 273 yardas aéreas y 12 por tierra, conduciendo drives importantes y mostrando temple en los momentos críticos.
El desenlace fue de infarto. Tras un manejo erróneo del reloj y una intercepción de Allen en zona roja, Maye condujo un drive decisivo con escapes impresionantes, dejando la posición perfecta para que Borregales concretara los tres puntos definitivos, asegurando la victoria de los Patriots sobre los invictos.
Con esta victoria, New England se reivindica y demuestra que puede competir con los mejores, mientras Buffalo pierde su invicto y debe replantear su estrategia de cara a los playoffs.
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