Por Juan Pablo Ojeda
En apenas siete meses desde su llegada a Monterrey, Nelson Deossa se despidió de los Rayados para emprender una nueva etapa en el fútbol europeo. Su destacada actuación en el Mundial de Clubes no pasó desapercibida, y ahora el volante colombiano se dirige a Sevilla para firmar con el Real Betis, dejando atrás el balompié regiomontano y mexicano.
La despedida tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional de Monterrey, donde aficionados y medios de comunicación se reunieron para despedir al futbolista. Con una mezcla de orgullo y nostalgia, Deossa agradeció el apoyo recibido en México y expresó su cariño hacia La Pandilla, el apodo con el que se conoce a la afición de Rayados.
«Los llevo en el corazón. Se portaron muy bien conmigo y con mi familia. Tengo un agradecimiento total y espero que todo salga de la mejor manera en Europa. Espero en un futuro poder regresar», declaró emocionado el jugador.
La trayectoria de Deossa en México comenzó en Pachuca y se consolidó con Rayados, donde dejó una huella imborrable gracias a su potencia física y manejo sobresaliente en el mediocampo. Sin embargo, la llamada del fútbol europeo es difícil de resistir para cualquier jugador con talento y ambición.
Antes de partir rumbo a Sevilla, el colombiano vivió un emotivo momento junto a sus padres, quienes no pudieron contener las lágrimas. Para ellos, como para Nelson, no se trata de un adiós definitivo, sino de un «hasta pronto», con la esperanza de que la carrera de su hijo continúe en ascenso.
Este movimiento no solo marca el fin de una etapa en la Liga MX, sino que también refleja la importancia creciente de los futbolistas latinoamericanos en el mercado europeo, en un contexto donde la globalización del deporte ofrece nuevas oportunidades, pero también retos para los talentos que cruzan fronteras.
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