Por Juan Pablo Ojeda
La actriz Kelley Mack, conocida por su papel como Addy en la exitosa serie ‘The Walking Dead’, falleció a los 33 años a causa de un glioma, un tipo de tumor cerebral agresivo, informó su familia a través de sus redes sociales.
“Una luz tan brillante y ferviente ha trascendido al más allá”, escribió su hermana en la cuenta oficial de Instagram de la actriz, confirmando que murió pacíficamente el sábado 2 de agosto en Cincinnati, acompañada de su madre Kristen y su tía Karen.
Mack había revelado públicamente en enero que había sido diagnosticada con un glioma difuso de línea media, tras presentar dolores persistentes en la zona lumbar, punzadas en las piernas y pérdida de movilidad. La enfermedad avanzó rápidamente y la obligó a desplazarse en silla de ruedas durante sus últimos meses.
“Kelley ya se ha reunido con muchos de sus seres queridos en forma de mariposas. Muchos la echarán de menos más allá de lo que las palabras pueden expresar”, añadió su hermana.
Carrera en televisión
Además de su paso por ‘The Walking Dead’, Mack participó en otras series de televisión como ‘9-1-1’, ‘Chicago Med’ y ‘Schooled’, el spin-off de ‘Modern Family’, dejando huella con actuaciones sensibles y personajes memorables.
La comunidad artística y sus seguidores han comenzado a despedirse de la actriz en redes sociales, recordando su talento, fuerza y sensibilidad.
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