Por Juan Pablo Ojeda
Se terminó la etapa de José Mourinho al frente del Fenerbahçe. El club turco anunció este jueves, mediante un comunicado en su página web, la salida del técnico portugués, quien llegó el verano pasado con la misión de devolver al equipo a la Champions League, objetivo que no logró concretar. “Le agradecemos por el trabajo con nuestro club hasta hoy y le deseamos éxito en su futura carrera”, señaló el club.
La estadía de Mourinho en Estambul duró apenas un año y estuvo marcada por altibajos dentro y fuera de la cancha. Durante 62 partidos, acumuló 37 victorias, 14 empates y 11 derrotas, pero no pudo cumplir con la exigencia principal de los directivos: clasificar al Fenerbahçe a la máxima competición europea. La derrota por 1-0 ante el Benfica en Lisboa aceleró su salida, aunque las tensiones con la directiva ya se venían gestando desde el mercado de fichajes, cuando Mourinho criticó la falta de refuerzos para aspirar a la Champions.
El portugués, conocido por sus polémicas, no se contuvo en sus críticas: “Si la Liga de Campeones era vital para mi club, se habría hecho algo en el mercado de fichajes”, declaró antes del partido de vuelta ante el Benfica. Sus cuestionamientos a la directiva y a ciertos jugadores fueron, según la prensa turca, la gota que colmó el vaso.
Mourinho, de 62 años, llega a su salida con la experiencia de haber dirigido a gigantes europeos como el Real Madrid, Chelsea, Inter de Milán y Manchester United, conquistando la Champions League con el Oporto (2004) y el Inter (2010). A pesar de su destitución, se espera que perciba una compensación cercana a los 15 millones de euros, aun si alcanza un acuerdo con otro club.
Su paso por Turquía también estuvo salpicado de incidentes. En un choque ante el Galatasaray, agarró la nariz del técnico rival, Okan Buruk, y recibió sanciones. En otras ocasiones sus comentarios generaron polémica, como cuando hizo declaraciones consideradas racistas sobre jugadores rivales.
Deportivamente, el Fenerbahçe quedó segundo en la liga 2024/25, detrás del Galatasaray, y la eliminación de la Champions League significó un duro golpe económico: se perdieron cerca de 28 millones de euros entre primas de participación, coeficiente y derechos televisivos, situación que obliga al club a replantear su estrategia y considerar ventas de jugadores.
El legado de Mourinho en Estambul se recordará por su carácter explosivo, los enfrentamientos con rivales y directivos, y un año intenso que no alcanzó los objetivos deportivos y financieros que tanto ansiaba el club.
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