Por Juan Pablo Ojeda
En la política mexicana, los mensajes no siempre se dan en discursos formales; a veces, basta una invitación para dejar claro quién está en sintonía con quién. Y esta semana, el diputado Ricardo Monreal Ávila, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, aprovechó para enviar una señal clara: hay cercanía y trabajo conjunto con Luisa María Alcalde, la presidenta nacional del partido.
En conferencia de prensa, Monreal fue directo: “La admiro, la respeto y la aprecio. Ha crecido rápido, con principios y valores”. Y con ese mismo tono confirmó que Alcalde está invitada a la plenaria de Morena, que se llevará a cabo el 30 de agosto, junto con todo el Comité Ejecutivo Nacional del partido, incluyendo a Carolina Rangel Gracida y Andrés Manuel López Beltrán. Nada menor.
¿Por qué importa esta plenaria? Porque ahí se definirá buena parte de la agenda legislativa de Morena rumbo al nuevo periodo ordinario en San Lázaro. Y no sólo participará la dirigencia del partido; también asistirán figuras clave del gabinete federal: la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, abrirá el evento, seguida por nombres pesados como Marcelo Ebrard (Economía), Omar García Harfuch (Seguridad), Luis Alcalde (Trabajo), Ariadna Montiel (Bienestar), Edgar Amador Zamora (Hacienda) y, si se recupera de una cirugía, Ernestina Godoy Ramos, consejera jurídica de la Presidencia.
El orden del día ya está casi cerrado, explicó Monreal, salvo cambios de último momento por agenda o salud de los invitados. La intención es clara: alinear la estrategia legislativa con el proyecto del Ejecutivo, escuchar directamente a los secretarios y reforzar la unidad interna.
Además, Monreal adelantó que antes de la plenaria comenzará una gira interna con diputadas y diputados morenistas, empezando el 19 de agosto en Puebla, para escuchar sus propuestas e ir construyendo una agenda común por circunscripción. En total, serán cinco reuniones regionales para pulir prioridades, afinar iniciativas y llegar a la plenaria con los temas bien amarrados.
Este tipo de encuentros no sólo son de trámite. En la práctica, definen qué reformas o propuestas empujará Morena, cómo se alinean con las prioridades del gobierno federal, y qué tan fuerte es la cohesión entre partido y bancada. Y aunque el evento se perfila como técnico y organizativo, los gestos políticos importan: Monreal tiende puentes con la dirigencia de Morena, justo en un momento donde la unidad será clave para lo que viene en 2026.
Así que más allá de los discursos, los nombres invitados y los foros planeados, esta plenaria mostrará qué tan bien engrasada está la maquinaria morenista… y si el Congreso caminará al ritmo que marque el partido.
































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