Por Bruno Cortés
En San Lázaro no solo se discuten leyes: también se mide qué tan preparada está la política cuando la tierra tiembla. Durante el Segundo Simulacro Nacional 2025, encabezado por el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, participaron más de tres mil personas en un ejercicio que recordó los sismos de 1985 y 2017.
El simulacro arrancó a las 12 en punto con la alerta sísmica. En apenas cinco minutos se logró evacuar a 3 mil 200 personas de once edificios del complejo legislativo y de tres inmuebles externos, incluyendo la Biblioteca Tacuba y la Antigua Garita. Todo se hizo en dos etapas, sin incidentes, bajo la supervisión de la Dirección de Servicios Médicos, que incluso instaló un área de clasificación de personas tipo triage, aunque al final no fue necesario atender emergencias.
El escenario planteado no era cosa menor: un sismo de magnitud 8.1 con epicentro en Lázaro Cárdenas, Michoacán, severo en estados como Oaxaca y Chiapas. Se revisaron instalaciones, estructuras y servicios para garantizar que, en caso real, el Congreso no se quede paralizado.
Monreal aprovechó para subrayar que estos ejercicios no son solo protocolo. Son, dijo, un recordatorio del dolor que dejaron los terremotos de 1985 y 2017, y un homenaje a sus víctimas. “La prevención y la preparación salvan vidas”, sentenció.
Así, entre gritos de brigadistas y pasos apresurados por las escaleras, la política mexicana vivió un ensayo que demuestra que la protección civil no es solo cosa de ciudadanía, sino también una responsabilidad de quienes legislan. Porque cuando la alerta suena, la diferencia entre el caos y la calma está en qué tan listos estamos.
Deja una respuesta