Claudia Sheinbaum destacó que el tráfico de armas es uno de los factores para la violencia en México.
Carlos Lara Moreno
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció un acuerdo “histórico y trascendental” entre México y Estados Unidos para frenar el tráfico ilegal de armas, que en los últimos años se ha convertido en uno de los principales factores de violencia y fortalecimiento del crimen organizado en el país.
La mandataria informó que el convenio, alcanzado tras la visita a México del secretario del Departamento de Estado, Marco Rubio, establece la creación de un grupo de trabajo de alto nivel, integrado por subsecretarios de ambas naciones, que tendrá la encomienda de dar seguimiento permanente a los compromisos pactados en materia de seguridad bilateral.
Cambio de visión en Washington
Sheinbaum destacó que el acuerdo representa un viraje en la política estadounidense. “Normalmente pedían a México que realizara operativos para frenar el ingreso de drogas a Estados Unidos. Hoy, por primera vez, Estados Unidos reconoce que debe hacer operativos para impedir que las armas crucen hacia nuestro país”, subrayó.
La mandataria recordó que, durante años, las autoridades estadounidenses minimizaron la dimensión del problema.
Incluso, dijo, se implementaron acciones fallidas como el operativo “Rápido y Furioso”, diseñado durante el gobierno de Felipe Calderón y la administración de Barack Obama, con la participación de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
En aquel esquema, las armas fueron deliberadamente vendidas a organizaciones criminales mexicanas con supuestos chips de rastreo.
Sin embargo, los dispositivos fueron retirados por los delincuentes y el armamento terminó en manos de los cárteles. “Nunca se investigó a fondo, a pesar de que hubo agentes estadounidenses muertos por ese operativo”, lamentó Sheinbaum.
75% de las armas incautadas son de origen estadounidense
Según datos del propio Departamento de Justicia de Estados Unidos, alrededor del 75% de las armas decomisadas en México tienen trazabilidad hacia ese país. Pistolas, rifles de asalto y armas de alto poder terminan abasteciendo a grupos criminales que disputan territorios y multiplican la violencia en distintas regiones mexicanas.
El nuevo acuerdo, denominado “Barrera a las Armas de Fuego”, contempla acciones concretas: reforzamiento de los controles en la frontera norte, mayor vigilancia en aduanas y, sobre todo, el perfeccionamiento de los mecanismos de investigación para identificar no solo al fabricante, sino también a la armería responsable de la venta.
“Se fortalecerá la trazabilidad para ubicar dónde fueron compradas, quién las vendió y cómo llegaron a México. Se trata de cortar la cadena de impunidad”, explicó la presidenta.
Un pacto dentro de un marco más amplio
El entendimiento se inscribe dentro de una agenda bilateral más extensa que México y Estados Unidos han venido desarrollando en meses recientes, la cual incluye temas como migración, combate al narcotráfico, cooperación económica y desarrollo regional.
“Es un primer acuerdo adicional al marco general que firmamos con el gobierno de Estados Unidos. Nuestro objetivo es que la relación sea de corresponsabilidad y que cada país asuma su parte en los grandes problemas que compartimos”, puntualizó Sheinbaum.
Repercusiones para México
Para el gobierno mexicano, el control de armas representa un paso fundamental en el combate a la violencia. Estudios de seguridad señalan que la mayoría de los homicidios dolosos cometidos en el país se realizan con armas de fuego, y que estas provienen, en su mayoría, del mercado estadounidense.
Con este pacto, el gobierno de Sheinbaum busca no solo reducir el flujo de armas, sino también abrir la puerta a investigaciones conjuntas que permitan desmantelar las redes de tráfico, perseguir a las armerías negligentes y evitar que los cárteles continúen ampliando su capacidad de fuego.
“Es un acuerdo muy importante. Un compromiso bilateral que reconoce que la violencia en México no sólo se origina aquí, sino también en las decisiones que se toman en Estados Unidos. Ahora trabajaremos juntos para enfrentarlo”, concluyó.
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