Por Juan Pablo Ojeda
En un nuevo episodio de tensiones internacionales, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, lanzó una grave acusación contra el régimen de Nicolás Maduro, al afirmar que el mandatario venezolano estaría utilizando el espacio aéreo mexicano para mover drogas y armas sin ser detectado.
Durante una entrevista para la cadena Fox News, Bondi aseguró que Maduro opera un “puente aéreo” pagado, que le permite sobrevolar Honduras, Guatemala y México con total libertad, como parte de una red de tráfico ilegal.
Según la fiscal, este esquema se sostiene con sobornos a cambio de acceso libre a puertos y rutas aéreas. “Están intercambiando dinero por sobornos. Están intercambiando armas por los puertos de entrada y el espacio aéreo para llevar estas drogas a otros países y a Estados Unidos”, afirmó.
Estas declaraciones llegan poco después de que el Departamento del Tesoro de EE.UU. señalara a Nicolás Maduro como uno de los líderes del llamado Cártel de los Soles, una organización criminal con supuestos vínculos con el Cártel de Sinaloa y el grupo delictivo Tren de Aragua. Como parte de estas acciones, Washington duplicó la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro, subiéndola a 50 millones de dólares.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) también ha vinculado directamente a Maduro con al menos siete toneladas de cocaína decomisadas, dentro de un total de 30 toneladas relacionadas con sus redes, lo que revela, según el gobierno estadounidense, una conexión directa con cárteles mexicanos.
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum se deslindó de los señalamientos. En respuesta a las preguntas de la prensa, declaró que es la primera vez que escucha del tema y que en territorio mexicano no existe ninguna investigación abierta en contra del presidente venezolano. “Si tienen pruebas, que las presenten. Nosotros no tenemos ninguna”, dijo.
Las declaraciones de Bondi avivan la polémica y ponen sobre la mesa una vez más el complejo cruce entre crimen organizado, política exterior y soberanía nacional. En medio de un escenario geopolítico cada vez más delicado, esta acusación podría tensar aún más la relación entre México y Estados Unidos, especialmente en temas de cooperación en seguridad.
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