Por Juan Pablo Ojeda
Los Tigres del Norte volvieron a encender el escenario del Palacio de los Deportes este viernes con un concierto cargado de nostalgia, fuerza social y puro poder norteño. Más de 17 mil personas vibraron junto a los “Jefes de Jefes” en su segunda parada por la Ciudad de México como parte de su gira La Lotería, un tour que, como su nombre lo dice, reparte canciones que tocan la suerte, la lucha y la vida de la gente de a pie.
Desde el primer acorde del icónico Pacas de a kilo, quedó claro que la noche no iba a ser cualquier cosa. Jorge Hernández, voz líder y acordeonista, encabezó la velada con ese estilo que los ha hecho leyenda desde que comenzaron en 1968. Entre sombreros texanos, cervezas escarchadas y gritos de emoción, el Domo de Cobre se convirtió en un altar para la música regional mexicana.
Pero el show fue mucho más que fiesta. Como lo han hecho durante más de seis décadas, Los Tigres del Norte no soltaron el micrófono sin alzar la voz por las causas sociales que marcan a su gente. La jaula de oro, interpretada con la intensidad que exige su historia, volvió a poner sobre la mesa el tema de la migración —uno que, como dijo Jorge Hernández, “nunca pasará de moda”. Lo dijo en serio, en un país donde miles de familias tienen un pie aquí y otro cruzando la frontera.
Conmovidos por las recientes redadas migratorias en California, los Tigres aprovecharon para lanzar un mensaje claro: están con su pueblo, con los que luchan, con los que sueñan. Y eso quedó aún más claro cuando tocaron La Lotería, su más reciente sencillo, en el que sin pelos en la lengua retratan a Donald Trump como “el diablo”. Puro corrido crítico, del que incomoda al poder.
La noche fue una montaña rusa de emociones. Más de 40 canciones desfilaron en un repertorio que incluyó joyas como Pedro y Pablo, La Reina del Sur, Jefe de Jefes, La carta y Directo al corazón. Cada tema fue coreado como himno por un público que lleva generaciones siguiendo a los hermanos Hernández y a su primo Óscar Lara. La conexión es real, profunda, viva.
Antes de cerrar, Jorge Hernández tomó un momento para agradecer a sus fans por estos 60 años de camino: desde aquel modesto inicio en San José, California, hasta convertirse en referentes globales con millones de discos vendidos en América, Europa y Asia. Un recorrido que pocos artistas mexicanos pueden presumir.
Y si te lo perdiste, no todo está perdido: Los Tigres del Norte darán un segundo concierto este 2 de agosto en CDMX, antes de seguir su gira por Colombia y después regresar a Estados Unidos, donde ya han recorrido más de 32 ciudades en lo que va del tour.
Porque si algo tienen claro estos tigres, es que su música es del pueblo… y para el pueblo.
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