Por Juan Pablo Ojeda
La Selección Mexicana de fútbol reafirmó su dominio en la región al conquistar su décimo título de la Copa Oro, tras imponerse 2-1 a Estados Unidos en una final disputada en el NRG Stadium de Houston, Texas. Este triunfo representa el fin de la racha de cuatro finales consecutivas ganadas por el equipo estadounidense en enfrentamientos directos contra el Tri, tanto en la Nations League como en la Copa Oro.
El técnico Javier Aguirre volvió a celebrar un campeonato de Concacaf, repitiendo la hazaña que logró en 2009, cuando México derrotó a Estados Unidos con un marcador contundente de 5-0 en Nueva Jersey. Este título confirma la capacidad del estratega para llevar al equipo nacional a la gloria en competencias clave del continente.
Camino al título: seis partidos, cinco sin derrota
La Selección Mexicana disputó seis partidos durante el torneo. En la fase de grupos, México enfrentó a República Dominicana, Surinam y Costa Rica, con un balance de dos victorias y un empate, demostrando solidez y contundencia.
En la etapa de eliminación directa, México superó a Arabia Saudita 2-0 en los Cuartos de Final. En Semifinales, el Tri se impuso por la mínima diferencia a Honduras, asegurando su pase a la gran final contra el histórico rival del norte.
Premio económico récord
Con este título, México se llevó un premio de cuatro millones de dólares, cantidad que refleja el incremento en los incentivos económicos establecidos por Concacaf para la Copa Oro 2024. Este monto destaca la importancia y crecimiento del torneo en la región, incentivando la competencia y desarrollo de las selecciones participantes.
Un triunfo para la historia
Este triunfo no solo representa un título más para el palmarés del fútbol mexicano, sino también un mensaje claro de que el Tri continúa siendo la potencia futbolística dominante en la Concacaf. Además, la victoria ayuda a fortalecer la confianza del equipo y afianzar su posición de cara a futuros retos internacionales.
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