Por Bruno Cortés
En el vaivén político de México, el diputado Hugo Eric Flores Cervantes, presidente de la Comisión Jurisdiccional, puso sobre la mesa un tema que combina el pulso legislativo con la preocupación social: la revisión de la solicitud de procedencia presentada contra el senador del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas. Flores Cervantes anunció que la próxima semana convocará a la Sección Instructora para desahogar las carpetas de investigación relacionadas con este procedimiento. “Vamos a convocar la próxima semana para aprobar una documentación que va a ser fundamental para poder desahogar este procedimiento”, señaló, dejando claro que, por ahora, este es el único tema en agenda.
En paralelo, el diputado aclaró sus polémicas declaraciones sobre la presencia del crimen organizado en México, hechas en un congreso evangélico, que algunos medios interpretaron fuera de contexto. Flores Cervantes subrayó que no existe un “narcogobierno”, sino una “narcosociedad”, construida a lo largo de generaciones y alimentada por la cultura popular. “Toda nuestra generación de mexicanos y mexicanas ha permitido la creación de esta cultura. En todo caso, hay una narcosociedad, porque no responde a un partido político”, dijo.
Con un lenguaje cercano y reflexivo, el legislador destacó cómo la sociedad actual ha normalizado el crimen en diversas expresiones culturales: lo que se canta, se consume en redes, en plataformas digitales, incluso en los gustos y aspiraciones de los jóvenes. “Antes los jóvenes querían ser abogados, querían ser doctores. Hoy algunos aspiran a ser líderes de algún cártel”, señaló, insistiendo en que aunque su análisis pueda ser polémico, la realidad es evidente: la sociedad se ha vuelto más propensa al crimen, y es un fenómeno que debe revertirse.
Flores Cervantes, entre política y reflexión social, plantea que la responsabilidad no es de un partido, sino de todos. Y aunque la tarea parece titánica, su mensaje apunta a que detener esta “cultura de la muerte” es un asunto que requiere atención colectiva, desde los legisladores hasta cada ciudadano que participa de la vida cotidiana y de la cultura que consumimos.
Deja una respuesta