Por Juan Pablo Ojeda
Lo que se vivió en el Dodger Stadium fue un verdadero deja vú para los fanáticos: después de seis horas y 39 minutos de pura emoción, Freddie Freeman volvió a ser héroe con un jonrón solitario que dio la victoria a los Dodgers sobre los Blue Jays en el Juego 3 de la Serie Mundial, poniendo la serie 2-1 a favor de Los Ángeles. Tal como en 2024 contra los Yankees, el primera base dejó tendidos en el terreno a sus rivales con un batazo de 406 pies.
Pero la noche no fue solo de Freeman. Shohei Ohtani, quien abrirá el Juego 4 por Dodgers, firmó una actuación histórica: dos cuadrangulares, dos dobles, un pasaporte y cuatro bases por bolas intencionales, acumulando 12 bases en total, cifra que no se alcanzaba desde 1906 en una serie por el Trofeo del Comisionado, y se embasó en nueve ocasiones, dejando boquiabiertos a todos los presentes.
Desde el arranque, los abridores se mostraron sólidos: Tyler Glasnow retiró en orden a los tres primeros bateadores de Toronto, mientras Max Scherzer permitió un doble de Ohtani, pero controló al resto. La segunda entrada trajo el primer cuadrangular del juego, obra de Teoscar Hernández, y aunque Ohtani respondió con un jonrón en el siguiente inning, Toronto dio la vuelta con un bambinazo de Alejandro Kirk que puso la pizarra 3-2.
El juego continuó con intercambios de carreras y emocionantes momentos defensivos. En la quinta entrada, Dodgers empataron 4-4 gracias a Ohtani y Freeman, y en la séptima, Bo Bichette llevó a Vladimir Guerrero Jr. a home para adelantar a Toronto, pero Ohtani volvió a igualar con su segundo jonrón del partido. La exhibición de bateo del japonés, sumada a su capacidad para embasarse, rompió récords históricos en Serie Mundial.
Los bullpens se mantuvieron firmes, incluyendo entradas clave de Roki Sasaki, Jeff Hoffman y Emmet Sheehan, hasta que finalmente llegó el 18vo inning. Con el estadio en éxtasis, Freddie Freeman conectó el batazo ganador, sellando una victoria épica y demostrando que, una vez más, los Dodgers saben cómo brillar en los momentos más largos e intensos.
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