Por Bruno Cortés
El Partido Acción Nacional quiere volver a respirar aire fresco. Así lo dijo con entusiasmo su coordinador parlamentario en la Cámara de Diputados, Elías Lixa Abimerhi, al asegurar que el PAN “está profundamente cohesionado, unido y en camino hacia una apertura total”. En palabras simples, el blanquiazul quiere relanzarse, reinventarse y volver a conectar con la gente, después de años de desgaste político y derrotas electorales.
El evento de relanzamiento —realizado en el emblemático Frontón México— fue más que un acto partidista: buscó enviar un mensaje simbólico de renovación. Bajo el lema “Patria, Familia y Libertad”, el PAN intenta recordarle a los ciudadanos cuáles son, según ellos, los valores que lo fundaron y que quieren volver a poner en el centro de su propuesta política.
Lixa explicó que el partido está apostando por una digitalización total y una apertura sin restricciones a la ciudadanía. En otras palabras, quieren que cualquier persona pueda participar activamente en las decisiones internas del partido, desde elegir candidatos hasta opinar sobre sus proyectos. “Que sea la gente la que decida en el PAN”, insistió.
En un lenguaje más claro, lo que buscan es romper con la vieja práctica de que las cúpulas y los liderazgos decidan todo. Este anuncio llega en un momento en que la mayoría de los partidos enfrentan una fuerte desconfianza ciudadana: la gente siente que los políticos viven en otro planeta, y que los partidos solo se acuerdan de ellos cuando hay elecciones.
Lixa reconoce ese hartazgo y asegura que el PAN quiere hacer política de nuevo “en las calles”, escuchando directamente a la gente y no desde los escritorios. Si esta promesa se concreta, sería un cambio importante para un partido que durante años fue visto como cerrado, elitista y alejado de las bases.
Por supuesto, el relanzamiento no pasó desapercibido. Desde el oficialismo y la propia presidenta de la República llegaron críticas, señalando que no era el momento adecuado para festejos políticos en medio de una emergencia nacional. Pero Lixa fue tajante: “Con este gobierno nunca habrá un buen momento para hacer un evento”, dijo, y agregó que el verdadero problema está en “la indolencia y la incapacidad del gobierno para enfrentar esta situación”.
Más allá del intercambio de reproches, lo cierto es que el PAN parece decidido a recuperar terreno político y credibilidad. La estrategia suena bien sobre el papel: digitalización, transparencia, participación directa y un discurso que apela a los valores tradicionales. Pero la pregunta que flota en el aire es si esa apertura será realmente incluyente o solo un nuevo eslogan para tiempos difíciles.
Mientras tanto, Elías Lixa concluyó con un guiño político: “Por algo les ha de preocupar tanto. Me alegra que les preocupe y hacen bien en preocuparse.” Una frase que deja claro que el PAN quiere volver a ser protagonista en la escena nacional.
Y aunque el camino será largo, su apuesta es clara: reconectar con la ciudadanía y volver a ser, como dicen ellos, el partido que defiende la patria, la familia y la libertad.
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