Noticias de México

Historia de lo inmediato

El PAN exige debate real sobre reforma electoral

Por Bruno Cortés

 

En México, cada vez que se habla de reforma electoral, vale la pena prender las antenas. No es cualquier tema: se trata de las reglas del juego democrático, de cómo votamos, quién organiza las elecciones y qué tanto poder se le da al ciudadano frente al sistema. Por eso sorprendió —y molestó— a varios en el Congreso que desde el Poder Ejecutivo se esté cocinando una reforma de ese calibre sin abrir el debate a todos los actores que deberían estar en la mesa.

Así lo dijo sin pelos en la lengua el diputado Elías Lixa Abimerhí, coordinador del Grupo Parlamentario del PAN, quien criticó duramente la creación de una comisión presidencial para la reforma electoral que —según él— se armó entre cuates, con puro perfil del Ejecutivo y sin voces distintas.

“Eso no es construir democracia”, dijo ante los medios. “Es hacerse los foros, invitar a los mismos, y votarse entre ellos lo que ya traen decidido”. Para Lixa, si se quiere hablar en serio de una reforma electoral que cambie las reglas para todos, hay que hacerlo en donde corresponde: en el Congreso, que es donde están representadas todas las voces, no sólo la del oficialismo.

Y no es una queja sin sustento. Recordó que las reformas electorales más importantes en la historia reciente de México —esas que nos permitieron dejar atrás elecciones sospechosas o de plano amañadas— se construyeron con pluralidad, con acuerdos y escuchando a expertos, a la sociedad civil, a los partidos, y a las autoridades electorales. Nada de decisiones unilaterales desde la oficina presidencial.

En ese sentido, hizo un llamado a que si en serio hay voluntad de cambiar el sistema electoral, se haga con un verdadero proceso democrático de discusión, en donde incluso quienes no estén de acuerdo al principio puedan aportar a una mejor versión final. Porque, como dijo, eso es lo que exige un sistema democrático: diálogo, debate y construcción conjunta.

Y ahí aprovechó para mandar un mensajito diplomático pero claro a Pablo Gómez Álvarez, quien encabeza esa famosa comisión presidencial y que recientemente defendió la idea de “la aplanadora” —es decir, que si tienen mayoría, aprueban sin más. Lixa respondió con elegancia política, pero con filo: “prefiero quedarme con las declaraciones del diputado Ricardo Monreal, que llamó al consenso, no con la cerrazón de alguien del Ejecutivo”.

Porque al final del día, la diferencia de fondo es quién decide. Si será una reforma desde el Palacio Nacional con el sello de “así se hace porque yo lo digo”, o una reforma nacida en el Congreso, donde, nos guste o no, están los representantes que elegimos para hablar por nosotros.

En otro tema, Lixa también aclaró que no hay mayor polémica por la rotación de la Mesa Directiva del Congreso para el segundo año legislativo. Dijo que ya hay acuerdos previos que establecen cómo debe moverse, y que en los próximos días, durante la reunión plenaria del PAN, que podría realizarse el 27 o 28 de agosto, se definirá qué diputadas o diputados ocuparán esos espacios. Ante la especulación de si Noemí Luna o Kenia López Rabadán podrían presidir, respondió que el PAN tiene un grupo “de altísima calidad” y que será el consenso interno el que decida.

Lo cierto es que se vienen semanas clave en San Lázaro, y no sólo por el arranque del nuevo periodo ordinario. Si la reforma electoral avanza, será tema de largo aliento. Pero si se intenta imponer sin acuerdos, también puede incendiar el tablero político. En resumen: el PAN ya puso el dedo en la llaga. Ahora falta ver si el oficialismo decide escuchar… o seguir hablando entre los suyos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *