Por Juan Pablo Ojeda
El 7 de octubre de 2023 marcó un antes y un después para Israel. Más de 3,500 combatientes de Hamás cruzaron la frontera desde Gaza en lo que se considera la mayor vulneración de seguridad en la historia del país, atacando kibutz y el Festival de Música Nova, dejando un saldo de 1,200 personas asesinadas en un solo día. Alertas previas sobre movimientos sospechosos fueron ignoradas, lo que aumentó el impacto del ataque.
A dos años de los hechos, la ofensiva israelí en Gaza ha dejado más de 67,000 palestinos muertos, según cifras del Ministerio de Sanidad controlado por Hamás, y ha generado acusaciones de genocidio por parte de diversos países y organizaciones. Al mismo tiempo, Hamás mantiene secuestrados a 48 israelíes, de los cuales se cree que solo 20 podrían seguir con vida.
Para la embajadora de Israel en México, Einat Kranz Neiger, la guerra fue impuesta por Hamás y la respuesta israelí busca proteger al país, liberar a los rehenes y desmantelar la fuerza terrorista. “El 6 de octubre estábamos viviendo tranquilamente, sin ninguna provocación hacia Gaza. Quien provocó esta guerra fue Hamás, sabiendo las consecuencias”, declaró la diplomática, subrayando que Israel no tiene intención de quedarse en Gaza.
Críticos internacionales señalan la posibilidad de una respuesta desproporcionada, pero Kranz Neiger enfatizó que cualquier nación habría reaccionado ante un ataque de esta magnitud. “Estamos hablando de la mayor masacre de judíos en un día desde el Holocausto”, apuntó.
Académicos como José Lev Álvarez consideran que la guerra no puede ser catalogada como genocidio y que la violencia desatada no tiene motivación étnica ni religiosa. Desde su perspectiva, la situación en Gaza refleja la necesidad de que el mundo comprenda los hechos de primera mano para no perder la legitimidad internacional.
En un intento de mediar en el conflicto, el 29 de septiembre, el expresidente Donald Trump presentó un plan de paz de 20 puntos que contempla alto el fuego inmediato, liberación de rehenes israelíes, intercambio de prisioneros palestinos y la desmilitarización total de Gaza a cambio de amnistía o salida segura para combatientes que acepten la coexistencia pacífica.
Mientras tanto, la sociedad israelí permanece dividida respecto a la gestión del primer ministro Benjamín Netanyahu, y el límite constitucional para elecciones parlamentarias en octubre de 2026 podría cambiar la política frente al conflicto. Hasta ahora, no hay funcionarios responsables de las omisiones previas al ataque del 7 de octubre de 2023, y los dos años transcurridos no han resuelto los desafíos de seguridad, justicia y paz en la región.
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