Por Bruno Cortés
La presidenta Claudia Sheinbaum ha intervenido en diversas ocasiones para pedir al senador Adán Augusto López que aclare acusaciones en su contra, principalmente relacionadas con supuestos nexos criminales, irregularidades financieras y conflictos internos en Morena. Aunque ha reiterado la presunción de inocencia, sus declaraciones buscan evitar que los señalamientos se conviertan en divisiones dentro del movimiento y en desgaste público para la Cuarta Transformación.
El primer episodio visible se registró el 14 de diciembre de 2024, cuando las tensiones entre Ricardo Monreal y Adán Augusto por presuntos pagos irregulares escalaron en el Senado. Sheinbaum llamó entonces a ambas partes a “tener cabeza fría” y aclarar sus diferencias, evitando un quiebre interno en Morena.
Unos días antes, el 11 de diciembre de 2024, la mandataria respondió a versiones sobre supuestos pactos de Adán Augusto con grupos criminales en Tabasco. Aunque negó tener información que sustentara la acusación, pidió que el legislador aclarara públicamente para evitar malentendidos.
En el verano de 2025, los señalamientos se intensificaron con el caso de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco y colaborador de Adán Augusto, vinculado a actividades de huachicol y al grupo “La Barredora”. El 18 de julio, Sheinbaum sostuvo que era importante que el senador “diera su versión” para que la ciudadanía valorara su desempeño como gobernador. Días después, el 21 de julio, matizó su postura: rechazó “linchamientos políticos”, pero advirtió que “no se va a cubrir a nadie” y pidió pruebas que sustentaran las acusaciones.
Los meses de septiembre de 2025 estuvieron marcados por una serie de testimonios y filtraciones. El 17 de septiembre, Sheinbaum señaló que la Fiscalía General debía determinar si existían pruebas contra Adán Augusto, y enfatizó que “no cubrimos a nadie, pero tiene que haber pruebas”. El 19 y 20 de septiembre, ante nuevas declaraciones de un testigo protegido, defendió la presunción de inocencia, aunque reiteró que correspondía a la FGR aclarar la existencia del testimonio y deslindar responsabilidades.
El 21 y 22 de septiembre, la presidenta insistió en separar la política de la justicia, defendió que su papel no es “definir culpables” y pidió que el propio senador ofreciera su versión para zanjar dudas que pudieran afectar la unidad interna.
Finalmente, el 26 de septiembre de 2025, ante reportajes sobre un presunto patrimonio no declarado de 79 millones de pesos relacionado con empresas fantasma y contratistas de Tabasco, Sheinbaum respaldó el papel de Adán Augusto como coordinador legislativo, pero subrayó la necesidad de una aclaración inmediata sobre la procedencia de esos recursos.
El patrón de sus declaraciones revela una estrategia consistente: Sheinbaum busca proteger la credibilidad de Morena y la 4T al equilibrar dos principios, la defensa de la presunción de inocencia y la exigencia de transparencia. Al pedir que Adán Augusto aclare su situación, no solo busca despejar dudas en la opinión pública, sino también contener tensiones internas que amenazan la cohesión de su movimiento.
Deja una respuesta