Después de casi veinte años al frente de Spotify, Daniel Ek anunció que dejará el cargo de director ejecutivo a partir del 1 de enero de 2026. El fundador de la plataforma de música en streaming más popular del mundo no se va del todo: asumirá la presidencia ejecutiva del consejo, desde donde se enfocará en la visión de largo plazo, la estrategia y la asignación de capital.
El relevo en la dirección no es improvisado. Desde hace dos años, Ek comenzó a delegar las operaciones en Gustav Söderström y Alex Norström, dos ejecutivos que llevan más de 15 años en la compañía y que ahora serán oficialmente co-CEOs. “Este cambio simplemente adapta los cargos a nuestra forma de operar”, explicó Ek en un comunicado.
El movimiento marca una nueva etapa para Spotify en medio de un mercado donde Apple, Amazon, YouTube y TikTok pelean agresivamente por usuarios, formatos y contenidos exclusivos. Los nuevos líderes tendrán que mantener la identidad innovadora de la empresa mientras ajustan las finanzas y enfrentan regulaciones más estrictas en diferentes regiones.
El reto financiero es evidente. En el segundo trimestre de 2025, la compañía reportó ingresos por 4,190 millones de euros (4,835 millones de dólares), lo que representó un crecimiento interanual de 10%. Sin embargo, estuvo por debajo de las expectativas de los analistas, que calculaban 4,260 millones. Además, Spotify registró una pérdida neta de 86 millones de euros, contrastando con las ganancias obtenidas en el mismo periodo de 2024.
A nivel de usuarios, la plataforma sigue siendo líder global, con más de 696 millones de usuarios activos y 276 millones de suscriptores de pago en 184 mercados. Aun así, la presión es fuerte: la competencia busca diferenciarse con podcasts exclusivos, transmisiones en vivo y acuerdos con artistas de talla mundial.
El cambio de mando llega también en un momento incómodo para la reputación de Ek. En los últimos meses, el empresario sueco fue señalado por invertir en Helsing, una empresa tecnológica vinculada a software militar, lo que desató críticas de activistas y artistas que lo acusan de beneficiarse indirectamente de la guerra en Palestina. Aunque Spotify aclaró que esas inversiones son independientes de la compañía, el tema sigue sumando presión mediática.
Gustav Söderström y Alex Norström, en su primer mensaje como co-CEOs, dijeron estar listos para guiar a la empresa: “Tenemos una fuerte inclinación a la acción y contamos con la plena colaboración de Daniel”.
Spotify, que revolucionó la forma en que el mundo consume música, se prepara para escribir un nuevo capítulo. La gran pregunta es si logrará mantener su liderazgo frente a gigantes tecnológicos que no dejan de pisarle los talones.
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