Por Juan Pablo Ojeda
El único partido sin goles del arranque de los cuartos de final fue, curiosamente, uno de los más tensos y parejos. Chivas y Cruz Azul firmaron un 0-0 en el Akron que dejó la serie abierta, pero con una ligera sonrisa del lado celeste gracias al criterio de desempate por tabla. Aun así, el trámite en la cancha mostró que nadie regalará nada en esta eliminatoria.
Chivas salió con más decisión en los primeros 45 minutos. Gabriel Milito apostó por un ataque dinámico con Armando González como punta de lanza, y el joven rojiblanco respondió con movilidad constante y presión alta. Varias veces obligó a la defensa cementera a retroceder, pero cada acercamiento terminó topándose con la figura de Andrés Gudiño, quien se confirmó como una garantía pese a la ausencia del colombiano Kevin Mier. El arquero celeste mantuvo la portería en cero con dos intervenciones de reflejos finos que evitaron que el partido se decantara temprano.
Cruz Azul, por su parte, tardó en asentarse. La primera mitad fue más de resistencia que de propuesta, pero aun así mostró destellos: Paradela y Rotondi encontraron espacios entre líneas, y en algún momento hicieron dudar a la defensa tapatía. Larcamón mantuvo el plan: resistir primero, luego soltar a su equipo.
Ya en la segunda mitad el partido cambió de tono. Cruz Azul tomó aire, adelantó líneas y comenzó a pisar el área con más frecuencia. El momento más claro del encuentro fue un cabezazo de Jeremy Márquez que, con todo a favor, inexplicablemente se fue desviado. Era la jugada que podía haber cambiado la historia.
Pero Chivas también tuvo la suya para cerrar la noche. En tiempo añadido, Miguel Gómez recibió un balón perfecto dentro del área para fusilar a Gudiño, pero su remate salió torcido. Fue la última llamada de un partido que mereció al menos un gol, pero que terminó siendo un duelo de errores, tensiones y porteros atentos.
El empate, sin marcador pero con lectura táctica clara, favorece a Cruz Azul. Para avanzar, los celestes solo necesitan empatar en la vuelta del domingo en Ciudad Universitaria, su casa temporal mientras continúa la remodelación del Estadio Azul. La presión recae más en Chivas, que necesita ganar sí o sí para mantenerse con vida.
Mientras tanto, el resto de los cuartos sí entregaron pólvora. Monterrey sorprendió al América con un partido sólido y un Sergio Canales en versión de lujo. Tijuana sacudió a todos con un 3-0 sobre Tigres que dejó a los regios contra las cuerdas, y Toluca aprovechó errores defensivos de Juárez para llevarse un triunfo clave.
El sábado será decisivo para tres series, pero la cita del domingo en CU pinta para ser una de las más tensas de la liguilla: Cruz Azul no quiere dejar ir la ventaja estratégica, y Chivas necesita un golpe de autoridad para demostrar que está para más. Lo único seguro es que la vuelta traerá emociones que el marcador de ida no pudo reflejar.
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