Por Juan Pablo Ojeda
La NASA y SpaceX lanzaron con éxito la misión Crew-11 rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI), después de un primer intento fallido por mal clima. Esta vez, la cápsula Dragon despegó sin contratiempos desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida, con cuatro tripulantes a bordo: Zena Cardman y Mike Fincke (NASA), Kimiya Yui (JAXA, Japón) y Oleg Platonov (Roscosmos, Rusia).
Más allá del espectacular lanzamiento, esta misión representa un paso clave en el ambicioso objetivo de la humanidad: volver a la Luna, llegar a Marte y, eventualmente, vivir fuera del planeta Tierra.
Los astronautas estarán unos seis meses en la EEI, donde llevarán a cabo experimentos para resolver retos médicos, físicos y técnicos que se presentarán cuando las misiones lleguen al polo sur lunar o al planeta rojo. Por ejemplo, estudiarán cómo cambia la presión de los fluidos en el cerebro o cómo la gravedad alterada afecta la orientación espacial de los astronautas.
También se realizarán simulaciones de alunizaje, mantenimiento de la estación y otras pruebas tecnológicas. Todo esto con un propósito claro: transformar lo que hoy parece ciencia ficción en una realidad cercana.
“Todo lo que hacemos en el espacio es, al final, para la Tierra y para la especie humana”, dijo la comandante Zena Cardman, conmovida tras llegar a la órbita terrestre.
Esta es la undécima misión de rotación de personal organizada por SpaceX, que continúa consolidándose como el gran aliado comercial de la NASA en la nueva carrera espacial. Su cápsula Dragon tomará el relevo de Crew-10, cuyo equipo ha estado en órbita desde marzo y que, entre otras tareas, ayudó a rescatar a dos astronautas que quedaron varados por fallas en la nave Starliner de Boeing.
En palabras del piloto Mike Fincke, “aprender a vivir en el espacio es el primer paso para convertirnos en una especie multiplanetaria”. Crew-11 ya está en camino.
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