Por Juan Pablo Ojeda
El grupo español Cox anunció este jueves 31 de julio la compra total de Iberdrola México, filial energética de Iberdrola, por 4,200 millones de dólares, lo que incluye deuda financiera neta y participación de accionistas minoritarios. La operación fue comunicada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España, marcando un hito para el sector energético mexicano.
La adquisición comprende 2,600 megavatios (MW) de capacidad instalada operativa, repartidos entre ciclo combinado, cogeneración y energías renovables, así como una cartera de proyectos de generación de 12 gigavatios (GW). Además, Cox se hará del control de la mayor empresa suministradora privada de electricidad en México, que abastece el 25% del mercado a más de 500 grandes clientes.
Cox se compromete a realizar pagos adicionales conforme avance el desarrollo de los proyectos energéticos, y ha establecido que 35 millones de dólares se entregarán como anticipo, descontándose del monto final al cierre de la operación, previsto entre el cuarto trimestre de 2025 y el primer trimestre de 2026.
La transacción se valora en 1.6 millones de dólares por megavatio operativo, una cifra que posiciona a México como destino prioritario para la expansión energética de Cox.
Inversión histórica y metas aceleradas
Con esta compra, Cox cumple su plan estratégico 2025-2028 tres años antes de lo previsto, y proyecta cerrar el año con ventas proforma de 3,000 millones de euros y un ebitda de 750 millones de euros. La compañía integrará a los más de 800 empleados de Iberdrola México, reforzando su presencia y capacidad operativa en el país.
México es, según la empresa, un mercado estratégico donde planea invertir más de 10,700 millones de dólares entre 2025 y 2030, incluyendo la adquisición actual, $4,000 millones en nuevos activos energéticos y otros $1,500 millones en concesiones de agua.
La operación forma parte de la visión de Cox de consolidarse como líder regional en infraestructura energética y recursos hídricos, apuntando a proyectos que generen rentabilidad a largo plazo y ebitda recurrente, de acuerdo con su hoja de ruta tras su salida a Bolsa en noviembre pasado.
Este movimiento refuerza el papel de México como centro neurálgico para inversiones internacionales en energía y plantea nuevos escenarios para la transición energética del país.
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