Por Juan Pablo Ojeda
En medio de la transformación digital que atraviesan miles de pequeñas y medianas empresas en América Latina, un factor crítico sigue sin recibir la atención que merece: la ciberseguridad. Y no es por falta de evidencia. Un estudio reciente de la firma especializada Kaspersky revela que el 72% de las PyMEs en la región ha sufrido al menos un incidente de ciberseguridad en los últimos dos años, una cifra que debería encender todas las alarmas.
Pese a este panorama, uno de cada cinco negocios delega la gestión de su seguridad digital a personal sin la formación adecuada. Esta falta de preparación no solo las vuelve vulnerables, sino que también pone en riesgo su operación, su reputación y su viabilidad económica.
El problema no radica necesariamente en la falta de voluntad. El informe muestra que el 58% de las PyMEs reconoce la necesidad de invertir más en ciberseguridad, mientras que un 39% considera urgente contar con herramientas más simples y eficientes para proteger sus sistemas. La mayoría simplemente carece de los recursos o el conocimiento necesario para enfrentar un entorno digital lleno de amenazas cada vez más sofisticadas.
Claudio Martinelli, director general de Kaspersky para América, lo resume de manera contundente:
“Hoy basta con que un solo administrador de TI pueda proteger todo el negocio desde una consola fácil de usar, automatizada e intuitiva. No prevenir es siempre más caro que invertir en seguridad, especialmente cuando el costo promedio de un incidente puede superar los 120 mil dólares”.
Es común que las PyMEs prioricen ventas, operaciones o marketing, relegando la protección digital a un segundo plano. Pero la realidad es que un ataque cibernético puede interrumpir la operación durante días, comprometer información confidencial y generar multas o sanciones regulatorias, además de afectar la confianza de los clientes.
La buena noticia es que hay soluciones adaptadas a las necesidades de las PyMEs. Herramientas como Kaspersky Next EDR Foundations están diseñadas para ser accesibles y fáciles de administrar, ofreciendo detección, análisis y respuesta automatizada ante incidentes, sin necesidad de grandes equipos de TI.
Además, los expertos recomiendan cuatro acciones básicas para reforzar la seguridad sin desequilibrar las finanzas:
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Reducir vulnerabilidades: identificar y corregir fallas sin comprometer la operatividad del negocio.
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Mantener actualizados los sistemas y respaldar la información, para minimizar daños ante fallos o ataques.
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Adoptar soluciones de seguridad específicas para PyMEs, con gestión sencilla y automatizada.
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Evaluar y ajustar constantemente la estrategia digital, aprendiendo de errores pasados y adaptándose al crecimiento.
Pero más allá del software o los protocolos, lo que realmente puede marcar la diferencia es la construcción de una cultura organizacional que valore la ciberseguridad como lo que es: una inversión estratégica, no un gasto.
En la era digital, proteger los datos es proteger el negocio. Y en una región donde la innovación corre a la par de la vulnerabilidad, las PyMEs no pueden darse el lujo de improvisar. Si quieren crecer, competir y mantenerse vigentes, la ciberseguridad debe ser parte del ADN empresarial desde el primer día.
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