Por Juan Pablo Ojeda
A los amantes del futbol, les tenemos una noticia que se queda para la historia: el Chelsea no solo venció al PSG… lo aplastó. Con un 3-0 contundente, los Blues se proclamaron campeones del nuevo Mundial de Clubes de la FIFA 2025. La cita fue en el MetLife Stadium de Nueva York, y lo que se vivió ahí fue una clase magistral de futbol inglés con sello joven y ambición desbordada.
Desde el primer toque, Chelsea salió con el cuchillo entre los dientes. Al minuto 22, Cole Palmer aprovechó un error de Nuno Mendes y mandó guardar el primero. Pero no se conformó: antes de que acabara el primer tiempo, clavó otro golazo de tiro libre y luego asistió a João Pedro para el tercero. Tres goles antes del descanso. El PSG no entendía qué estaba pasando.
El equipo de Luis Enrique, que venía de golear 4-0 al Real Madrid en semifinales, se desdibujó por completo. Su medio campo fue borrado por Moisés Caicedo y los extremos no encontraron espacio entre la defensa ordenada que armó Enzo Maresca. Incluso Robert Sánchez, arquero del Chelsea, se lució en el segundo tiempo para mantener el arco en cero.
Y si pensaban que eso era todo, al minuto 83 vino la cereza del pastel: Joao Neves, frustrado, soltó una patada criminal a Cucurella y se fue expulsado. El PSG terminó sin ideas, sin goles y sin cabeza.
Al final, hubo tensión. Luis Enrique discutió airadamente con João Pedro y miembros del cuerpo técnico rival. Fue el reflejo de una noche negra para los parisinos… y gloriosa para los londinenses.
Este torneo es especial. Es la primera vez que el Mundial de Clubes se juega con 32 equipos, estilo Copa del Mundo. Y Chelsea se lleva la gloria inaugural. No es poca cosa: además del trofeo, el club se lleva casi 100 millones de libras en premios. Y, lo más importante, un impulso brutal de cara a la Premier League.
¿La figura? Sin duda, Cole Palmer. El chico jugó como veterano, con frialdad, creatividad y un olfato goleador tremendo. Es de esos jugadores que te hacen volver a creer en el futbol puro.
Para quienes siguen el futbol con el corazón, esta victoria del Chelsea es una lección: no basta con nombres o millones, hay que tener táctica, entrega y una idea clara de juego. Así se ganan los partidos… y también los torneos.
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