Por Juan Pablo Ojeda
Apenas tienen 14 años, pero ya saben lo que es subir a un podio mundial. Lía y Mía Cueva Lobato, dos gemelas mexicanas que están escribiendo su historia en los clavados, ganaron la medalla de bronce en los clavados sincronizados desde trampolín de 3 metros en el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos Singapur 2025. Su actuación no solo sorprendió por la calidad, sino por la madurez y temple que mostraron en su debut a este nivel.
Con 294.36 puntos, las mexicanas se colocaron en el tercer lugar del mundo, detrás de las favoritas chinas Chen Yiwen y Chen Jia, que se llevaron el oro con 325.20 unidades, y de las británicas Yasmin Harper y Scarlett Mew Jensen, quienes se quedaron con la plata tras marcar 298.35 puntos. Pero lo que realmente hizo vibrar al público fue el cierre espectacular de las mexicanas, con un doble mortal y medio adelante con tirabuzón que les valió 68.40 puntos, y las dejó a apenas 3.99 unidades del segundo puesto.
Ese salto final hizo soñar a más de uno con una remontada épica. De hecho, Lía y Mía recortaron a tan solo 2.64 puntos la diferencia con las británicas antes de la última ronda. Pero la experiencia pesó, y Harper (25 años) y Jensen (23) respondieron con un sólido triple mortal adelante para asegurar su lugar en el podio por encima de las mexicanas. Aun así, el margen tan corto deja claro que el futuro es brillante para las hermanas Cueva Lobato.
Y no son las únicas atletas en casa. Su hermana mayor, Suri Cueva Lobato, de 15 años, también es clavadista y ya compitió este año en la Copa del Mundo en Guadalajara, en la prueba de plataforma de 10 metros. Parece que en esta familia los saltos desde alturas imposibles son casi herencia genética.
Con este resultado, México suma seis medallas en clavados en lo que va del Mundial de Singapur 2025: cuatro platas y dos bronces, confirmando que esta disciplina sigue siendo uno de los pilares del deporte nacional. Desde legendarios nombres como Joaquín Capilla hasta íconos recientes como Paola Espinosa y Rommel Pacheco, el país ha sabido formar talento, y ahora las hermanas Cueva Lobato se suman a esa tradición con una promesa: lo mejor apenas está empezando.
Ver a niñas de 14 años competir de tú a tú con duplas mayores, en un Mundial, y con una ejecución tan precisa, no es común y no es suerte, es el reflejo de una nueva generación que viene fuerte, con hambre de podio y con una técnica impecable que ya empieza a hacer ruido internacionalmente. En México hay talento, y estas gemelas lo están demostrando, clavado a clavado.
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